Alain Delon, el hombre más bello del mundo programa su muerte

El hombre más bello del mundo está preparando su propia muerte. A los 86 años, Delon ya ha pedido a su entorno más cercano que lo acompañe cuando llegue el momento y tome la decisión. Así lo ha confirmado el segundo hijo del actor, Anthony Delon, en una entrevista para la emisora RTL a propósito del lanzamiento de su libro «Entre el perro y el lobo», donde repasa aspectos de su vida y habla precisamente de la eventual muerte de su progenitor. En la obra, escribe unas palabras de su padre muy comentadas estos días en Francia: «Tony, si un día me pasa algo y estoy en coma, enchufado a vivir, quiero que me desconectes. Quiero que me lo prometas». Y se lo prometió.

Lo cierto es que la posición favorable a la eutanasia del actor francés ya era de sobra conocida y en múltiples ocasiones ha expresado que no dudaría en recurrir a ello. Alain Delon vive en Suiza, donde el procedimiento es legal, y ahora se confirma que ha instado a su hijo para que organice todo el proceso. «Estoy a favor [de la eutanasia]. Primero, porque vivo en Suiza, donde es legal, y también porque creo que es lo más lógico y natural (...) En un momento dado, la persona tiene derecho a partir en paz, sin pasar por hospitales, inyecciones y demás...», declaró hace unos meses, al tiempo que confesó que ya había hecho su testamento para que no se perdiera su herencia.

«¡Envejecer apesta!»

Tras sufrir un doble derrame cerebral en 2019, el intérprete se fue recuperando aunque tiene que caminar con bastón. «¡Envejecer apesta!», dijo poco antes de su hospitalización hace tres años. «No puedes hacer nada al respecto. Pierdes la cara, pierdes la vista. Te levantas y, maldita sea, te duele el tobillo», se quejaba. Fue en aquel 2019 cuando recibió un gran homenaje por su carrera con el reconocimiento en el Festival de Cannes transformado en una especie de despedida con buenas dosis de emoción. Entonces afirmó que tomaba el premio como el del final de su vida. Precisamente fue allí, en la célebre cita de la Costa Azul, donde su leyenda comenzó a forjarse.

En 1956 fue invitado por primera vez por una de sus muchas conquistas, y pese a que todavía no había rodado ninguna película, su físico y descaro no tardaron en facilitarle una buena agenda de contactos. Ya en 2013 afirmó que había «perdido la pasión» por el mundo que le rodeaba. «He sido tan feliz como se puede ser. Sobre todo, quiero compartir lo más que pueda con mis hijos. No quiero morir solo», confesó en una entrevista publicada por «Paris Match». El célebre actor afirmó ser un hombre nostálgico que, a menudo, miraba al pasado, y que el cine actual ya no le interesaba demasiado.

En el libro recién publicado, Anthony también cuenta que acompañó en todo momento a su madre Nathalie, quien murió en enero de 2021 de cáncer de páncreas. Ella, al igual que su padre, le había hecho el mismo pedido. «Es cierto que la acompañé. Y es cierto que ella decidió morir como vivió, es decir, cuando lo decidió, por lo que eligió la eutanasia», afirma. No obstante, aclara que esta decisión finalmente no fue necesaria llevarla a cabo, ya que la actriz murió a causa de la enfermedad que atravesaba. «Afortunadamente, no recurrimos a este proceso. Digo afortunadamente porque todo estaba listo. Teníamos a la persona. Es cierto que nos hubiera costado tomarla de la mano y ver que la vida la dejaba», narra Anthony al establecer un cierto paralelismo entre aquella circunstancia y la que se dispone a vivir con su padre en un futuro más cercano que lejano. Y cuenta también que su progenitor se conmovió mucho con el fallecimiento de quien fuera su primera esposa.

Alain Delon forma parte del podio de los mejores actores franceses de la historia junto a Louis de Funès y Jean-Paul Belmondo. Protagonizó infinidad de películas y muchas de ellas se volvieron clásicos del cine europeo: «Plein Soleil», «Rocco y sus hermanos», «El gatopardo», «El clan siciliano», «El círculo rojo», «Borsalino»... Su última participación fue interpretándose a sí mismo en una comedia de Michel Denisot, «Toute Ressemblance» («Cualquier parecido»), ambientada en el mundo de los «talk shows» televisivos, que la crítica francesa destrozó en su estreno a finales de 2019, poco antes de que estallara la pandemia.