Aristocracia
La discreta vida de Cristina de Borbón-Dos Sicilias y Ana de Orleans cuando se desprenden de sus diamantes
La madre y la abuela de Victoria López-Quesada han disfrutado de un paseo dominical por las calles de Madrid
Cristina de Borbón-Dos Sicilias, hija del primo y confidente del rey Juan Carlos, el fallecido infante don Carlos, y de Ana de Orleans, es una de las aristócratas más queridas en la Familia Real española. Es la mayor de cinco hermanos. Entre ellos, Pedro, actual duque de Calabria y pretendiente al trono de las Dos Sicilias. Todos mantienen un vínculo muy estrecho con Felipe VI y sus hermanas, Cristina y Elena, desde su infancia, cuando compartían juegos en Zarzuela. En el caso de la primogénita de Ana de Orleans, la amistad se fortaleció con su matrimonio en 1994 con Pedro López-Quesada, en Ciudad Real. De hecho, su hija Victoria fue dama de honor en la boda de Felipe VI y Doña Letizia. Fue la niña que recibió la patada traviesa de Froilán.
La elegancia de esta aristócrata, cuyo gusto por las diademas es de sobra conocido, llama la atención en cada uno de los eventos a los que acude. Es discreta y en sus estilismos, siempre de corte clásico y muy tradicional, cobran especial importancia las joyas, a menudo de gran valor: juegos de pendientes, collar y pulseras de perlas, piezas llamativas con piedras naturales y relojes. Sin olvidar, sus diademas. Su hija Victoria López-Quesada mantiene esa misma línea de discreción. Igual que hizo su madre en 1994, escogió para su boda un diseño de Lorenzo Caprile que combinó con el mismo velo que tradicionalmente han lucido todas las novias de la familia materna.
¿Pero cómo es en su vida cotidiana? Esta misma mañana ha sido sorprendida dando un paseo por las calles de Madrid junto a su madre, Ana de Orleans. De nuevo ha dado una lección de estilo clásico. Madre e hija paseaban del brazo mientras compartían confidencias. La viuda del duque de Calabria presentaba hace unas semanas en el espacio Jovellanos de Madrid su última exposición de pintura bajo el título "Acuarelas con alma".
Con más de 20 años de dedicación a la acuarela y más de 30 exposiciones, la princesa artista pasa gran parte de su tiempo a la pintura, un talento que le permite capturar tanto lo visible como lo invisible de la naturaleza y los lugares, llenándoos de emociones, sentimientos, vivencias y aportando su alma a cada una de sus obras. Le apasiona igualmente la arqueología, la historia y también los misterios que guarda el cerebro.
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