El calvario que espera a Avilés a su llegada a España

Le han llamado de todo: Embaucador, mentiroso, estafador, engreído, farsante... José Antonio Avilés se ha ganado a pulso todos estos calificativos por intentar engañar a todo el mundo, inventando una vida ficticia y llena de incongruencias. Y el verdadero test de supervivencia y la prueba de fuego le esperan cuando vuelva a España, tras ser expulsado de la isla.

Tendrá que aclarar si ha mentido al autoproclamarse periodista, si es falso que estudiara en la Universidad de Gales, si domina, que no lo parece, el inglés, si se inventó que había sido azafato de vuelo, íntimo amigo de importantes famosos, amante de un conocido presentador o intermediario de negocios, que parecen inexistentes.

Dicen que se cree sus propias invenciones, que estaba insatisfecho con su vida pasada y ha pergeñado una nueva plagada de falsedades, que es un mentiroso compulsivo, adulador y pelotazo con sus superiores y despectivo con los de abajo.

Los tertulianos le esperan con las armas cargadas, será una guerra sin concesiones, un pim pam pum al monigote, el tiro al blanco sin límites. A Avilés le tienen ganas, y no le salvará ni Raúl Prieto, su padrino y avalista televisivo. José Antonio es una bomba de relojería a punto de estallar. Madrid será en próximos días un via crucis para “antoñito el fantástico”, como ya le califican en los pasillos de Tele 5.

Pero, hoy, Avilés sigue convencido de que no le han desenmascarado y de que le recibirán en España como el personaje más mediático y el que mejor juego ha dado en “Supervivientes”. La realidad es muy distinta y que se prepare para el juicio final.