Encuesta NC Report
Elecciones en País Vasco: la fuga de voto socialista y del PNV encumbra a Bildu
El partido de Otxandiano empata con el PNV y se consolida como fuerza más transversal: capta voto nacionalista y del PSE y absorbe a Podemos y Sumar
Última semana de campaña vasca y decisiva porque PNV y EH Bildu mantienen la situación de empate técnico. Los votantes del PNV no acaban de salir de su letargo, mientras que la izquierda abertzale tiene movilizado a todo su electorado, al tiempo que consigue situarse, por paradójico que parezca, como la fuerza más transversal del tablero político vasco. En porcentaje de voto, el PNV gana en un punto a EH Bildu, pero en escaños los dos partidos estarían hoy en la horquilla de los 28/29 diputados. Esto supone para el PNV perder entre dos o tres escaños, mientras que los herederos de Batasuna subirían entre siete y ocho, con un crecimiento porcentual del 6,7% de votos.
Las fuerzas están tan igualadas que lo que suceda en esta recta final de la campaña decidirá hacia dónde se inclina la balanza. La mayoría absoluta reside en los 38 escaños, y según esta última encuesta el actual Gobierno de coalición entre PNV y PSE-EE estaría en condiciones de reeditarse, pero en el límite. Los socialistas aguantan en los 10 escaños, y la batalla que se libra entre PNV y EH Bildu se decidirá en la participación y en la capacidad del candidato peneuvista, Imanol Pradales, de llevar a las urnas a sus votantes tradicionales. La caída de la participación es el escenario más temido por el PNV ya que sería a costa de que sus votantes se quedaran en casa. Respecto al PSE-EE, se mantiene como tercera fuerza, pero muy lejos de la cabeza. El peor resultado de su historia fue el de 2016 cuando cayeron a los 9 escaños. Su candidato Eneko Andueza estaría hoy en el 12,3 por ciento del voto, con una caída de 23.107 papeletas. El PNV pierde 67.197, y EH Bildu crece en 155.760.
Este último sondeo que se puede publicar antes de las elecciones deja la puerta abierta a que el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, pueda aspirar a ser el más votado y a imponerse a Pradales. El PNV nunca ha perdido hasta ahora en votos en unas autonómicas. Y solamente lo ha hecho seis veces, en las sesenta elecciones celebradas hasta ahora en el País Vasco en democracia: en cinco generales y en unas europeas. Si se diera el vuelco, ésta sería la primera vez con un primer puesto para la izquierda abertzale.
El acierto de Otxandiano está en su capacidad de ejecutar dos campañas a la vez dirigidas a dos públicos distintos. Una, la que atrae al votante más mayor y con más vínculos con ETA y con su herencia, Es el discurso más radical y que apela a Euskal Herria y a las reivindicaciones tradicionales batasunas. Pero, al mismo tiempo, también está haciendo una campaña que capta al votante más joven, menos vinculado con la historia de ETA, y que no ve en las siglas de EH Bildu a una formación radical, sino el atractivo de la renovación dentro de un discurso social y de izquierdas. Que, además, ataca el desgaste de tantos años de gobierno del PNV, aprovechando puntos débiles como el de la gestión sanitaria.
Esto supone que EH Bildu se quede prácticamente con todo el voto de la izquierda de Podemos y de Sumar, partidos que podrían desaparecer del Parlamento vasco o ver reducida su representación a un único escaño. Elkarrekin Podemos consiguió seis en las últimas autonómicas de 2020. De confirmarse este escenario, supondría un nuevo golpe para una debilitada Yolanda Díaz, consecuencia de una campaña desdibujada y que conecta además con su crisis a nivel nacional. De hecho, en el plano nacional hay sondeos que apuntan que Podemos podría estar en condiciones de ganar a Sumar en porcentaje de voto, dentro de una representación minoritaria.
En la derecha, el PP ganaría entre uno y dos escaños, con casi cuarenta y cinco mil votantes más que hace cuatro años. Del 6,7% de porcentaje de voto subiría al 8,8 por ciento. Mientras que Vox mantiene sobre ellos la amenaza de perder el único escaño que hoy tienen en la Cámara vasca. Cuantitativamente no es un cambio muy significativo, pero sí lo es en el plano simbólico al enlazar con una crisis nacional que se está dejando ver en sus resultados en cada examen electoral y también en la debilidad de la cúpula para encontrar enganches discursivos con su nicho de votantes. En el País Vasco lo están intentado por el lado de la inseguridad ciudadana y la migración, pero es un debate que también está peleando el candidato del PP, Javier de Andrés, y en este examen electoral volverá a sacarse una conclusión en el recuento en clave de reunificación del voto de la derecha y de cómo funciona el voto útil a favor de las siglas del PP en el contexto que surgió de las últimas elecciones generales y del pacto de investidura de Pedro Sánchez con Carles Puigdemont.
EH Bildu es también el partido que conserva una mayor fidelidad de voto, hasta el 92,8 por ciento, frente al 80,3 del PNV. Con el agravante para el partido de Pradales de que hasta un 10,6 por ciento de sus votantes asegura que el domingo darán su papeleta a. Otxandiano. En esa capacidad de aparecer como fuerza transversal, EH Bildu también se quedaría con el 6,6 por ciento de antiguo votante socialista. La fidelidad del votante socialista está en el 73 por ciento, con un 8,2 por ciento que asegura que apoyará al PNV. El PP es la segunda fuerza con más lealtad de su parroquia, aunque su fuga más importante es hacia el PNV, un 4,9 por ciento, posiblemente en un intento de frenar la opción de un gobierno de EH Bildu con el PSE.
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