La estrategia del PP
Feijóo irá a la investidura para defender su programa
Tampoco abandonará la dirección si Sánchez gobierna. «Sería una irresponsabilidad abrir esa crisis después de ganar»
Feijóo no va a hacerse un Arrimadas. Esta afirmación, que se escucha en las sedes de las principales baronías del partido, además de en Génova, viene a confirmar que Alberto Núñez Feijóo sí se presentará a su investidura, salvo que cuando el Rey Felipe VI abra la ronda de consultas, Pedro Sánchez esté en condiciones de decirle al Monarca que ha reunido todos los apoyos necesarios para sacar adelante la suya. Sólo en ese caso, Feijóo dará un paso al lado. Hoy, en el PP hay consenso sobre que sería «un gravísimo error» copiar lo que hizo Inés Arrimadas cuando renunció a presentarse a su investidura, como lista más votada en las autonómicas catalanas de 2017, porque estaba condenada a perder la votación ya que eran mayoría las fuerzas independentistas. El PP no menciona el ejemplo de Rajoy, pero el ex presidente del Gobierno también rechazó en enero de 2016 «el gesto y el ofrecimiento» del Rey de designarle para acudir el primero a un pleno de investidura porque, según dijo, no tenía los votos para sacarlo adelante y había una oferta de coalición de Podemos al PSOE. Entonces, Rajoy admitió que no quería que empezase a correr el tiempo constitucional previsto para convocar otras elecciones, dos meses desde el primer Pleno.
La presión con el lema de que el PP es la lista más votada la seguirán ejerciendo los populares sin descanso, y la investidura, aunque esté anunciada su derrota, la utilizarán para desgranar su programa electoral y preguntar a los socialistas si todos ellos están de acuerdo en «dar la independencia a Cataluña». Junts insiste en colocar como condiciones irrenunciables la amnistía y la autodeterminación.
El PSOE parece que se ha conjurado con sus socios para levantar un veto al diálogo con el partido que ganó en votos y en escaños las elecciones del 23J, con la excusa de que en la ecuación serían también necesarios los votos de Vox. Es una opción estratégica, que no sorprende en el PP, aunque sí haya molestado el portazo sonoro del PNV incluso a la opción de dialogar.
Aun sin diálogo y sin apoyos, y contando con las criticas de la izquierda, y los recelos de algunos más próximos, Feijóo mantendrá viva la opción de su investidura. Y cuando el Rey inicie su ronda de consultas, una vez que se haya celebrado la sesión de apertura de la Legislatura -como muy tarde a principios de septiembre-, Feijóo no se negará, como hizo Rajoy, a presentarse como candidato a la Presidencia del Gobierno. Salvo que antes, como se dijo al principio de esta crónica, a Sánchez le den los números. En 2019, la primera sesión de investidura se celebró un mes después de constituirse el Congreso de los Diputados. En el momento actual, de no haber gobierno, los españoles podrían encontrarse llamados de nuevo a las urnas para la próxima Navidad.
En esta cuestión, hoy no hay debate dentro del PP, mientras que Moncloa se enreda con la propuesta de Feijóo de una reunión con el presidente en funciones y aleja los plazos de negociación para ganar tiempo con sus socios y, sobre todo, con el ex presidente prófugo Carles Puigdemont.
Desde el núcleo de Moncloa hacen circular el mensaje de que quieren ver «a Feijóo desgastarse en solitario al Congreso, con los únicos apoyos del partido de Santiago Abascal». Pero no dicen que esto también es un riesgo al permitir al candidato popular enfrentarles con la caricatura de sus socios y con la amenaza que «hoy representa el PSOE para la gobernabilidad de este país».
Por otra parte, la frustración de las expectativas, y el riesgo probable de que no haya una mayoría alternativa a la de la izquierda, amenazan con generar ruido interno en el PP. Es un tema recurrente, al que este inesperado escenario político deja más espacio libre. Pero estos debates, más mediáticos y de ámbitos políticos de la izquierda, contrastan con la posición nuclear en las estructuras orgánicas del PP más relevantes. Como ya ocurrió en otros momentos delicados, el principal escolta de Feijóo es el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. Pero no solo los tan próximos coinciden en resaltar que «sería una irresponsabilidad que Feijóo se fuera después de haber ganado las elecciones porque metería al partido en una grave crisis de identidad en un momento político y electoral muy importante. «Si hubiera ganado Sánchez, probablemente se hubiera ido, pero lleva 15 meses en la Presidencia del PP, ha ganado y tiene todo el apoyo del partido».
Este sentir lo lideran Andalucía y Castilla y León. Aunque también en Madrid, donde siempre se está pendiente del morbo de si se mueve la presidenta Isabel Díaz Ayuso, son de la misma opinión.
«España necesita estabilidad»
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, regresó a su tierra, como había prometido que haría a lo largo de la campaña electoral «pasara lo que pasara» para así cubrir el hueco vacío que, auguró, dejaría la alcaldesa de Santiago de Compostela (BNG). En el Día de Galicia y la festividad de Santiago, el líder del PP acaparó protagonismo tras una victoria amarga el 23J, puesto que fue el ganador y subió hasta los 136 escaños, pero sin obtener una mayoría suficiente que le garantice gobernar.
Desde allí, el presidente de los populares reiteró el mandato recibido por las urnas de intentar «una mayoría estable para que haya un Gobierno en España y no un desgobierno», apuntó. Feijóo subrayó que vienen «tiempos en los que España necesita estabilidad, mucho europeísmo y centralidad» y que, por todo ello «cumplirá con su deber e intentará hablar con los grupos para «dar a España lo que los ciudadanos han votado en las urnas», informa C. S. Macías.
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