Empleo
La precariedad laboral de los jóvenes cuesta a la economía española casi el 2,3% del PIB
Incorporar 950.000 nuevos jóvenes ocupados en el mercado laboral supondría que tasa de desempleo general en España bajase del 12,3% al 11,2%
Los jóvenes son el motor del futuro económico y social de nuestro país, sin embargo, las deficiencias del sistema educativo, la precariedad laboral, un desempleo récord o las dificultades de acceso a la vivienda son los principales obstáculos a los que se enfrenta este colectivo, limitando no sólo su desarrollo personal y profesional, sino también el crecimiento económico de España. Y es que la precariedad laboral de los jóvenes tiene un coste para la economía española del 2,27% del Producto Interior Bruto (PIB), lo que evita que se incorporen 950.000 nuevos ocupados en el mercado laboral. Así lo muestra el informe "Juventud y Empresa" elaborado por la Fundación PwC y el Círculo de Empresarios; y presentado este lunes.
No obstante, si en nuestro país se lograra reducir la "brecha joven", se transformaría por completo el panorama económico, puesto que la incorporación de miles de jóvenes supondría una reducción de la tasa de desempleo juvenil del 21,4% actual a un 14,1% y elevaría la de actividad del 50,3% al 60,6%. Asimismo, la contratación de estos jóvenes tendría efectos en el mercado laboral en su conjunto: la tasa de paro en España bajaría al 11,2% frente al 12,3% actual, y la tasa de actividad general pasaría del 74,5% al 76,9%.
Desempleo elevado, precariedad laboral y salarios bajos
Este colectivo no encuentra las puertas del mercado laboral abiertas "de par en par", lo que reduce su participación en este y, por consiguiente, aumenta su tasa de paro.
El desempleo es un problema estructural del mercado laboral español, especialmente para la población joven. La tasa de paro juvenil –de entre 15 y 29 años– se situó en el 22,4% en el 2022, prácticamente duplicando a la del promedio de la UE (11,3%).
Asimismo, este estudio sostiene que España se sitúa como el país de toda la OCDE con la mayor proporción de jovenes que tras terminar sus estudios no obtiene un trabajo y, por tanto, pasa a estar desempleada. En España el porcentaje es del 9,1% frente a la media de este grupo de países que se sitúa en el 3,8%.
No obstante, aquellos que sí que logran acceder al mercado laboral se encuentran con un escenario nada alentador, puesto que sus condiciones laborales se caracterizan por una alta tasa de precariedad y parcialidad.
"La tasa de temporalidad se ha reducido, pero los nuevos contratos son muchos más precarios que antes", explicaron desde la Fundación PwC. El 35% de los jóvenes tiene contratos temporales y un 25% trabaja a tiempo parcial en España, una tasa que ha crecido más de nueve puntos en los últimos 20 años frente a los cinco puntos que ha avanzado la tasa general.
La mayor tasa de temporalidad y parcialidad, sumada al menor número de horas que trabaja este colectivo son factores que dificultan que sus salarios se recuperen desde la crisis del 2008, puesto que la brecha salarial juvenil respecto a la población total ha aumentado 6 puntos desde la crisis financiera. En este sentido, "los jóvenes son cada vez más pobres en términos de renta en España, tanto en términos absolutos como relativos", estancando su poder adquisitivo, recalca el informe.
La renta media de los menores de 30 años se ha reducido un 10% desde 2008, mientras que la media nacional ha caído un 3%. De esta forma, la brecha de la renta joven frente a la del conjunto de la población, en España ha crecido de forma notable desde el 5% de 2008 hasta el 12% de 2022.
Deficiencias en el sistema educativo
La actual situación del empleo juvenil en España se debe, entre otros factores, a las políticas activas de empleo y a las deficiencias del sistema educativo, según achaca el informe. "Las nuevas generaciones llegan mucho peor preparadas porque el sistema educativo está fallando", ha explicado el presidente del Círculo de Empresarios, Juan María Nin.
España es uno de los países con más peso de población con educación terciaria y, al mismo tiempo, con más gente empleada por debajo de su capacidad formativa. Este problema de la sobrecualificación podría deberse a que la educación universitaria ha recibido mucha atención, mientras que la Formación Profesional (FP) apenas se ha desarrollado.
Pese a la mejora de la FP en los últimos años, el porcentaje de alumnado sigue siendo 1,3 veces inferior al del promedio de la Unión Europea: un 36,6% frente al 48,7% de los Veintisiete. Esta brecha es especialmente notable en la FP dual −que combina formación en el centro educativo y en la empresa−, siendo cursada únicamente por el 1,9% de los alumnos de Formación Profesional, 15,6 veces menos que el promedio de la UE, que se sitúa en el 29,6%.
Este problema, sumado al envejecimiento de la población y que el porcentaje de jóvenes cada vez es menor, hará que las empresas no solo se enfrenten a que haya poca gente para contratar, sino que además estas personas no dispongan de las habilidades que necesita el mercado laboral, tal y como explica el informe. De esta forma, se produce un gran desajuste en nuestro país entre las competencias obtenidas y las que se demandan.
A su vez, el envejecimiento de la población ha provocado un mayor gasto en servicios de atención médica y pensiones, ya que se ha incrementado un 56% desde 2004; mientras que el gasto público orientado a los jóvenes apenas ha aumentado en un 5%.
Mayor esfuerzo económico para el acceso a la vivienda
En el caso concreto del acceso a la vivienda, se ha observado que entre los años 2008 y 2022, la edad promedio de emancipación en la UE disminuyó en un 1,1%, pasando de 26,7 años a 26,4, mientras que en España se ha incrementado en un 6,7%: de 28,4 años a 30,3. Y es que seis de cada diez españoles que tienen entre 18 y 34 años todavía viven con sus padres.
El acceso a la vivienda tampoco es nada sencillo, y es que, a raíz del aumento de los precios, el esfuerzo para la compra de una vivienda y para pagar la entrada es cada vez mayor. Por ello, la proporción de hogares jóvenes con su vivienda principal en propiedad se ha reducido un 40% en 20 años, agrega el informe.
Asimismo, los hogares menores de 25 años deben destinar 9,88 años de trabajo para adquirir una vivienda, siendo el colectivo con "un mayor esfuerzo"; mientras que para alquilar un piso deben dedicar el 50% de su renta mensual, "muy por encima" del 30% recomendado.
Propuestas de mejora
El informe también plantea una treintena de propuestas de mejora que las empresas pueden implementar para abordar los desafíos actuales. Entre estas destaca la transformación de los procesos de selección y el aumento de la participación empresarial en la educación para que las habilidades de los trabajadores se adapten a las necesidades de las compañías.
También sugieren innovar en los paquetes de compensación para apoyar a los jóvenes en la conciliación de la vida familiar y profesional. Otras medidas que se plantean son el desarrollo de fórmulas público-privadas para la construcción de viviendas asequibles o la participación empresarial en el diseño de las políticas educativas, entre otras.
✕
Accede a tu cuenta para comentar