Tenis
España se despide de la ATP Cup ante el talento de Italia
Bautista y Carreño cayeron ante Berrettini y Fognini. La final medirá a Rusia con los transalpinos
España cayó eliminada en las semifinales de la ATP Cup ante Italia. Los dos duelos individuales bastaron para que los transalpinos alcanzaran la final donde se medirán mañana (a partir de las 00:00 del domingo hora española) con la Rusia de Medvedev y Rublev. Pablo Carreño perdió en tres sets ante Fabio Fognini (6-2, 1-6 y 6-4) y en el duelo de números uno, Berrettini se impuso (6-3 y 7-5) a Roberto Bautista.
El líder italiano resolvió la eliminatoria a base de palos. Lo pegó todo y le bastó una bola de break en el cuarto juego para tomar una ventaja que le permitió solventar la primera manga en menos de media hora. Fue inabordable con su saque y acabó con 13 aces. Sólo cedió cuatro puntos en el primer set y llevó el ritmo de juego porque no permitió los intercambios con que tan a gusto se siente Bautista. La bola pasó muy poco por encima de la red, no hubo puntos largos y el partido fue a toda máquina. Mal para el español. En el parón, Bautista se fue a vestuarios para tratarse unas molestias en la zona abdominal. La tregua domesticó algo a Berrettini.
Fue un espejismo. Los saques del italiano seguían volando muy por encima de los 200 kilómetros por hora así que a Bautista no le quedó otra que armarse de paciencia y esperar que el rival aflojara. Salvó dos bolas de break en el quinto juego sacando por debajo de los 160 kilómetros por hora y el partido se convirtió en un ejercicio de resistencia. El bombardeo de Berrettini ante la paciencia de Bautista. En el undécimo juego el italiano aprovechó la tercera bola de ruptura y con el servicio liquidó al número uno español.
El 7-1 de Carreño ante Fognini
Antes Pablo Carreño sufrió la primera derrota de su vida ante Fabio Fognini. El español se había impuesto en los siete precedentes anteriores, pero sucumbió en un partido extraño, con demasiados altibajos, por 6-2, 1-6 y 6-4 en dos horas y 20 minutos. Carreño empezó mandando, desapareció, resucitó en el segundo set tras el parón por la lluvia y volvió a evaporarse un rato en el tercero que fue definitivo.
Y eso que empezó mandón. El problema es que la autoridad apenas le duró los dos primeros juegos. Los regalos del italiano y sus errores no forzados parecieron encarrilar el set, pero hubo un cambio drástico del que también fue responsable el español. Todo para bien o para mal en la primera manga fue cosa de Carreño. El número dos italiano está lejos de ser el número dos griego o australiano. Tiene tenis para ser “top 20″ de sobra. Fognini se percató de que el asturiano flaqueaba y se metió en faena. Lo hizo de tal forma, se metió tanto en el partido, que encadenó seis juegos seguidos. La racha se prolongó hasta el primer juego del segundo parcial, justo hasta que empezó a llover y la película cambió radicalmente.
El chaparrón pillo desprevenidos a los organizadores. Nadal, en el banquillo, fue el primero que se percató de que de aquello se podía sacar algo de provechó. Se levantó y “ordenó” que todo el mundo a vestuarios. El partido se paró para correr el techo de la John Cain Arena. Las maniobras de secado de la pista y conversión en indoor se prolongaron durante 25 minutos. Carreño sumó el primer juego de la reanudación y Fognini dimitió. Desapareció sin dejar rastro salvo una catarata de errores. Llegaron tres breaks del español para igualar el partido.
Con Fognini fuera de foco, el italiano decidió tomarse su tiempo antes de reanudar la pelea. Se marchó a vestuarios y se tiró ocho minutos allí. Inexplicable. Reapareció después de su parón y siguió subido en su particular montaña rusa. Sumó un break en el primer juego, ya era el octavo del partido, volviendo a mandar desde el fondo. Logró una nueva ruptura e incluso dispuso de un saque para situarse 5-1, pero volvió a despistarse. Carreño se acercó, pero no consumó el asalto. El italiano se centró y a la cuarta bola de partido dio a los transalpinos el primer punto de la semifinal.
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