Carlos Saura suma a India Martínez a la causa lorquiana (y al teatro)
El cineasta, de la mano de Natalio Grueso, hace debutar a la cantante en el teatro en un homenaje muy flamenco al poeta
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Existe un dibujo de Goya a lápiz en el que el pintor, por entonces en el final de sus años, escribió «aun aprendo». En él aparece un anciano de pie, aunque apoyado en dos bastones. Y es a este papel verjurado al que se aferra otro señor mayor, otra leyenda del arte patrio, don Carlos Saura: «Cuando deje de aprender será que ha acabado mi tiempo. Cada día descubro una cosa nueva, sobre todo, escuchándola a ella», dice señalando a India Martínez. Es la nueva musa del cineasta y protagonista del Lorca por Saura que comienza gira esta semana en Sevilla, en el Cartuja Center (continúa por Málaga, Teatro Cervantes; Avilés, Palacio Valdés; y Madrid, Infanta Isabel). Y es el debut de la cantante en el teatro: «Un salto al vacío», cuenta quien «no tenía suficiente con la música. Me encantan los retos y esto me ayuda a no estancarme. Es como si volviera a empezar, como cuando me fui a Madrid por primera vez a estudiar danza e interpretación. Es importante seguir evolucionando y me va a complementar como artista y persona», defiende.
Saura acaba de cumplir 91 años y una caída en verano todavía le tiene tocado, pero no lo suficiente como para detener un proyecto que conduce junto a Natalio Grueso (responsable del texto y con quien ya ha levantado El coronel no tiene quien le escriba y La fiesta del Chivo). «Mi memoria ahora es un poco errática, pero soy consciente de lo que digo», apunta el realizador. De hecho, la que no se va de su cabeza es India, esa niña que ha visto en vídeo –«desde chiquitina ya hacía sus pinitos en el flamenco» cantando La hija de Juan Simón– y esa mujer que se acercó a su casa en los inicios del proyecto para conocerlo de primera mano: «Cuando se me propuso ser García Lorca me pregunté si era capaz, pero Carlos Saura me dijo que sí porque “yo creo en lo que veo” –sostiene Martínez–. Y eso me motivó mucho. Al final la interpretación está relacionada con la música, es arte. Me encanta dibujar y la fotografía, como a Carlos; y recitar también. En su día, Lorca soñó con la música, incluso quiso ser músico en algún momento de su vida, y yo he querido ser poeta y actriz».
¿Una mujer haciendo de Lorca? «Eso es un invento de Natalio Grueso, pero por qué no. Las mujeres están de moda. El teatro permite estas atribuciones que en el cine serían menos creíbles», responde un director que mira con envidia a la cantante: «Ya quisiera tener yo un poco de talento del suyo». Han pasado años, décadas, de uno de los primeros chascos de su vida, pero Saura no olvida lo que en su día fue una prioridad, ser «bailaor de flamenco». Aquello no salió. «Era muy joven y pensaba que podía bailar... Hasta que fui a una clase de la Kika, una gitana de los alrededores de Madrid. Me dijo: “Tienes la planta bien” y ya. Era muy delgadito. Me puso un disco y me hizo moverme por ahí. Yo hacía lo que había aprendido con la fotografía, pero me invitó a dedicarme a otra cosa. Por eso hago películas de flamenco. Es una compensación a mi frustración».
Dentro de ese fiasco se engloba este Lorca por Saura que el director ha intentado renombrar como Lorca enamorado en un intento de desligarse del título, aunque no pudo ser. No le dejaron. En él se juntan todas las artes que ha cultivado el cineasta a lo largo de su carrera, el teatro, el cine, la música, la fotografía y la pintura con la voz y el ritmo de India Martínez, que, en boca del director, «sabemos que canta y baila, pero ahora debe demostrar que es capaz de recitar los diálogos, de lo que no tengo dudas».
Un texto que narra la vida de Lorca a través de los ojos de una mujer de nuestro tiempo, que recreará los momentos clave de su vida, desde su infancia en la vega de Granada hasta su fusilamiento en la Guerra Civil. «Durante todo ese tiempo hay un largo camino por recorrer donde jugamos con diversos elementos» y para lo que Grueso y Saura han manejado fragmentos de las obras del poeta combinados con otros escritos completamente «ex novo» por el autor de la obra.
El realizador no quiere faltar a una cita más con el folclore, «siempre que se hable de flamenco, estoy a su disposición»; y más todavía con la «figura universal», dice, de Lorca, «al que ahora India debe dar un aire aflamencado».
- Dónde: Cartuja Center, Sevilla. Cuándo: 21 de enero (20 horas). Cuánto: de 30 a 60 euros.