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'Anora': esta película es la anti 'Pretty Woman' y va camino de los Oscar

Aterriza en las salas la última propuesta del venerado director, Palma de Oro en Cannes, sobre una historia de amor abigarrada y excéntrica entre una prostituta y el hijo de un oligarca ruso
El actor Mark Eidelstein mira fijamente a Mikey Madison en una escena de la excelente «Anora»
El actor Mark Eidelstein mira fijamente a Mikey Madison en una escena de la excelente «Anora»Imdb

San Sebastián Creada:

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N o hay en su mirada cinematográfica una vocación explícita de registrador social, ni tampoco ademanes de antropólogo involuntario o documentalista especializado en retratar la esencia narrativa de las clases marginales o colectivos desplazados por la sociedad como el de las trabajadoras sexuales, pero si algo queda claro en la última y abultada propuesta de Sean Baker, "Anora", es que al director estadounidense de "The Florida Proyect", le interesa esa realidad y su tratamiento y por lo tanto acude a ella de forma recurrente. Lo hizo en "Four Letter Words", su ópera prima, en "Scarlet", en la aclamada "Tangerine" y lo hizo en "Red Rocket", su anterior obra sobre la decadencia de un actor porno. "Creo que mis películas podrían funcionar en conjunto, pero son historias independientes, no utilizo nunca ninguna de ellas para hacer una declaración explícita sobre una subcultura o una comunidad. Hay una combinación de varios elementos distintos en cada una de ellas", admite el autor sobre uno de los rasgos distintivos de su pretensión como cineasta que tiende a resaltarse en cada intento de definición sobre su capacidad para abordar la dignidad de historias protagonizadas por sectores de la sociedad estadounidense considerados marginales o vulnerables.
Un fotograma de "Anora"
Un fotograma de "Anora"Imdb
La juventud que se mueve y se disuelve por los marcos visuales de algunas de las películas de Baker se asemeja a la excentricidad asumida y decadente de la juventud deformada de las cintas de Harmony Korine: el consumo ingente de drogas, los juegos electrónicos, el salvajismo de una asunción desposeída de la sexualidad o el predominio argumental de una banalidad generacional contagiada configuran la construcción de un arquetipo generacional americano situado siempre en el borde circunstancial del precipicio.
Como Ani (a quien da vida una extraordinaria Mikey Maddison), la estimulante protagonista –enamorada del hijo de un oligarca ruso junto al que intenta ascender socialmente y salir de la precariedad del trabajo sexual– de esta suerte de comedia antirromántica acelerada y enloquecida, leída por algunos como el reverso contemporáneo y decantado de "Pretty Woman" que después de alzarse con la Palma de Oro en la última edición de Cannes, parece encaminarse de una manera vertiginosamente directa a los Oscar como una de las favoritas de la temporada de premios.
Durante el encuentro que mantuvimos desde LA RAZÓN en el Festival de San Sebastián tras su participación en la sección Perlas del certamen, el director aseguraba que su voluntad de mostrar la realidad actual de las trabajadoras sexuales precarizadas y jóvenes desde una perspectiva lúdica pero sin incurrir en la sordidez subrayada ni tampoco en una romantización caricaturesca innecesaria tan propia del mercado fue "un equilibrio intencionado".
Ya que "lo podría haber retratado de un modo mucho más oscuro y miserable pero siempre tengo que recordar que esta forma de arte llamada cine empezó como un medio de entretenimiento para que la gente normal sea capaz de evadirse de la realidad durante dos horas o el tiempo que el creador en este caso considere oportuno. Aunque cuento historias que quizás son trágicas en su naturaleza y en su esencia, que tienen que ver con la lucha compartida por la supervivencia, creo que hay que saber utilizar ese potencial de una manera adecuada y a través de un estilo que mantenga la atención del público. Para trasladar un mensaje, también uno político, necesito que el espectador esté entretenido hasta el punto de provocarle la risa, pero también el llanto. Esa es mi fórmula", defiende sobre el secreto de esa conexión.
"Cuento historias que quizás son trágicas en su naturaleza, pero a través de un estilo que pueda mantener la atención del público"Sean Baker
Acostumbrado a desarrollar su trabajo con un respaldo económico limitado tan desgraciadamente propio del circuito de cine independiente al que pertenece (o pertenecía hasta que llegó la Palma), Baker reconoce orgulloso que "este es el presupuesto más grande que he manejado como cineasta para hacer una película, que en realidad no es tan grande en comparación con otros parámetros, es pequeño de hecho, pero sin duda mayor que el de otros proyectos. He utilizado elementos clásicos de la comedia romántica y ese es un género bastante mainstream. Presentar este trabajo al mundo como algo que la gente pueda reconocer sin dificultad durante la primera hora de metraje, creo que es una de las claves de por qué ‘Anora’ ha enganchado al público. Esa historia de la cenicienta ya vista".
Y añade sobre la evolución progresiva de su autopercepción como director: "He tardado como cineasta en ganar reconocimiento. Ha sido un viaje agradable y largo. No sé de cineastas que consigan consagrarse con una primera película, yo he tardado ocho en llegar a donde estoy ahora y considero que tengo una gran filmografía detrás de la que me enorgullezco y estoy contento de que me suceda esto ahora porque quizás no hubiera sido capaz de gestionarlo de la misma forma hace unos años. Me encuentro en una edad en la que estoy más seguro de mí mismo y siento que la industria no me va a seducir como podría haberlo hecho en el pasado".
"He tardado ocho años como cineasta en ganar reconocimiento. Ha sido un viaje agradable y largo"Sean Baker
"Mira, para ser sincero, Ivan (el personaje del indescriptible hijo del oligarca) es una persona bastante despreciable por lo que le hace a Ani, se puede cuestionar varias veces su actitud, pero su insolencia tiene más que ver con una absoluta falta de respeto hacia las trabajadoras sexuales (a quienes mencionó y dedicó el galardón durante su discurso de agradecimiento en Cannes). Y esto es algo que si lo piensas, ocurre por parte de todo el mundo, todas las personas la tratan así en la película. Y para ser honestos, aquí se puede juzgar a los padres de él, a los hijos, al sistema, al capitalismo por supuesto, pero como director intento huir siempre de hacerlo con mis personajes", indica.
Otra escena de "Anora"
Otra escena de "Anora"Imdb
No sabemos muy bien hasta qué punto hay una traslación revisionada de las miserias romantizadas del fenómeno de Julia Roberts y Richard Gare pero en "Anora" hay un señalamiento evidente del desequilibrio de clases (tal y como señala cuando le preguntamos por su integración en el relato: "Me interesaba abordar como dices las dinámicas de poder y las jerarquías que establecemos con y sobre los otros, algo que en Estados Unidos está muy especialmente ligado a la clase social"), hay humor negro, barroquismo, thriller, sensibilidad, juego y travesura y eso, aunque haya quien todavía generacionalmente se niegue a aceptarlo por su naturaleza de icono, ya es mucho más y mucho mejor de lo que podíamos encontrar en el emblema comercial del director de "Pretty Woman".