El análisis de la catástrofe
La falta de sensores de la CHJ en los barrancos, en el punto de mira de la Generalitat valenciana
El Gobierno valenciano exige al Miteco explicaciones sobre la carencia de medios técnicos para alertar del desbordamiento
Poco antes de que se cumpliese un mes de la dana que ha causado 223 víctimas mortales confirmadas, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, firmaba una resolución para reparar los daños ocasionados en el (Sistema Automático de Información Hidrológica) SAIH y para añadir un Sistema de Alerta Temprana (SAT), un mecanismo mucho más preciso que el SAIH que permitirá contar con «información hidrológica sustantiva que tiene capacidad de respuesta ante episodios intensos de lluvias, disminuyendo de forma importante la vulnerabilidad del territorio».
Este es uno de los hechos a los que se acoge la Generalitat Valenciana para remarcar que la CHJ no tenía "sensores suficientes y fiables" en los barrancos de la demarcación del Júcar (CHJ).
El sistema del que dispone en la actualidad la CHJ para enviar los datos de caudales es el SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica).
Fuentes del Ejecutivo autonómico lamentan que no hubiese "ni siquiera un solo sensor o medidor" de caudal en el barranco de Horteta, lo que certifica, a su juicio, "la alarmante y preocupante falta de medios técnicos necesarios y eficientes para minimizar y anticipar los riesgos" de las inundaciones la tarde del día de la dana.
La Generalitat sostiene que esta "carencia de medios y dispositivos técnicos" impidió que la CHJ, que era "responsable de emitir los avisos de riesgos de crecidas de caudales y desbordamientos de ríos y barrancos", informara a Emergencias del peligro en ese barranco, que acumuló más de 2.000 metros cúbicos por segundo, un caudal que desembocó en el barranco del Poyo y provocó que poblaciones como Torrent y Paiporta quedaran anegadas.
"Esta evidente falta de avisos automáticos del caudal de la Horteta esa tarde supone una deficiencia grave más, que se suma a otras en el cuestionable seguimiento que hizo la Confederación Hidrográfica del Júcar de los caudales y desbordamientos de los ríos y barrancos de la cuenca", han insistido.
Para la Administración autonómica, "es cuanto menos sorprendente que la entidad haya admitido que tiene unos medidores anticuados en la demarcación del Júcar, y que pese a ello no realizara supervisiones del caudal 'in situ', lo que supuso la imposibilidad de trasladar información clave y fundamental sobre la situación del barranco de la Horteta al Centro de Emergencias para tomar decisiones".
Desde la Generalitat se considera que "cuanta más información se conoce sobre la gestión de la CHJ, más necesaria resulta la rendición de cuentas y las explicaciones oportunas" sobre la actuación del organismo de cuenca la tarde del 29 de octubre, que "no advirtió a Emergencias, en ningún momento y bajo ningún concepto, del riesgo de desbordamiento" del barranco de la Horteta.
Las mismas fuentes añaden que los propios datos de la CHJ indican ahora que el barranco acumulaba un caudal equivalente a cinco veces el caudal del río Ebro, por lo que es "incomprensible que no se informara de esta gravísima e importantísima circunstancia para tomar decisiones" en el Cecopi.
"Desconocemos si este apagón informativo evidente fue por ignorancia, por la poca fiabilidad de sus medidores o por la ausencia total del seguimiento eficaz del caudal de un barranco que llevaba cinco veces el caudal del Ebro", insisten desde la Generalitat, que reclama "explicaciones rigurosas e inmediatas sobre esta cuestionable actuación" de la CHJ durante las peores riadas que ha sufrido la provincia de Valencia.
El Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) siempre ha defendido que la CHJ cumplió con su obligación y que fue el Cecopi el que estuvo paralizado de 18 a 19 horas.
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