DANA
Aemet alega que su competencia es avisar: "No podemos hacer más de lo que hicimos el día 29"
Advierte de que fenómenos como este pueden repetirse cada 60 o 70 años y "hay que estar preparados"
La delegación de Aemet en la Comunitat Valenciana ha afirmado que su competencia es avisar a quien gestiona la emergencia y tiene la capacidad de alertar, pero no puede hacer más de lo que hizo en una situación como la dana del 29 de octubre, con el establecimiento de aviso rojo por lluvias.
También ha advertido de que fenómenos como este, que ha causado 223 víctimas mortales y deja a miles de damnificados, pueden volver a suceder cada 60 o 70 años y hay que estar preparados.
El delegado de Aemet Comunidad Valenciana, Jorge Tamayo, y el jefe de Climatología, José Ángel Núñez, han explicado este jueves desde el punto de vista técnico el aviso rojo por lluvias de aquel 29 de octubre y la necesidad de aprender de la situación vivida y de ampliar protocolos o introducir otro tipo de avisos.
La información sobre el aviso rojo se envió a los responsables de Protección Civil de la Generalitat de manera automática, además del contacto telefónico que pudo haber entre técnicos del 112 y de meteorología, han dicho para señalar que desconocen la información que se trasladó al respecto al president de la Generalitat, Carlos Mazón, quien el día de la dana apuntó que la previsión apuntaba a que el temporal se desplazaba hacia la Serranía de Cuenca y se esperaba que en torno a las 18 horas disminuyera su intensidad en la Comunitat.
La información de Aemet decía que hasta esa hora esperaban lluvias muy intensas en la provincia de Valencia -en Paiporta no llovió y en Turís cayeron 770 l/m2- y la predicción apuntaba a que se desplazaría hacia el norte, a Castellón, como ocurrió después, e indican que a partir de ahí, hay que hacer vigilancia meteorológica para ver la evolución.
El aviso rojo por lluvias señala que se esperan lluvias por encima del umbral de 80 litros por metro cuadrado en una hora, una cantidad consensuada en su momento con Protección Civil porque a partir de ahí hay grave riesgo para personas y bienes y es posible que se produzcan daños severos.
Ese aviso estuvo en constante revisión y, aunque en un principio el aviso estaba vigente hasta las 18 horas, a las cinco se prolongó hasta las 20 horas y sobre las siete de la tarde se volvió a prorrogar hasta las 22 horas.
Han afirmado, sobre si en la reunión del Cecopi de las 17 horas del día de la dana (la primera que se convocó ese día) se interpretó correctamente el aviso por lluvias, que habría que hacer esa pregunta a quien tiene que interpretar la información, que se trasladaba en tiempo real, y han precisado que la meteorología es un factor más en una situación tan complicada.
Asimismo, han asegurado que mantienen una relación magnífica con el 112 y la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias de la Generalitat.
Sobre las críticas hacia los centros meteorológicos, han indicado que puede haber reacciones sobre si lo hacen bien o mal pero las cosas "se van poniendo en su sitio" y se hace lo máximo que se puede con los medios que se tienen, y en España se disponen de los mejores modelos del mundo.
Aprender de la dana
Aemet considera que de la dana hay que aprender y analizar si es necesario ampliar protocolos, introducir otro tipo de avisos -en Alemania también existe el color negro-, hacer más inteligibles los mensajes, llegar más a la población o divulgar en las escuelas, pues desde el punto de vista meteorológico puede volver a ocurrir una gota fría como la ocurrida cada 60 o 70 años, por eso hay que estar preparados.
Posiblemente hay que reflexionar sobre la existencia de avisos rojos referidos a diferentes escenarios (como calor o lluvias) y la tendencia de los servicios meteorológicos es predecir más por impactos que por intensidades, una cuestión en la que también entran las confederaciones hidrográficas o los responsables de Protección Civil. "Todos", han apuntado.
Añaden que lo que está claro es que un aviso rojo es una situación de mucho riesgo y hay factores combinados, como el riesgo hidrológico, que agravan las consecuencias, y han señalado que no hay capacidad de concretar más los avisos por zonas, que ya son precisos desde un punto de vista atmosférico.
La ciencia va avanzando pero sigue habiendo incertidumbres "muy amplias", y han dicho que la inteligencia artificial podría tratar modelos de comportamiento de la atmósfera por comparación con situaciones similares.
Además, la generación actual no olvidará qué es un aviso rojo, porque "lo ha vivido" con el riesgo extremo que supone la acumulación de aguas arriba, si bien la transmisión oral se va perdiendo y los ciudadanos bajan la guardia.
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