Así es la nueva área pediátrica del Hospital de Sant Pau, que busca mejorar el bienestar emocional de los pacientes y sus familias

El Hospital de Sant Pau de Barcelona ha presentado oficialmente hoy su mejorado Servicio de Pediatría, en el que se han reformado sus espacios con el objetivo de «humanizarlos». En concreto, la transformación se ha hecho en el Hospital de Día de Neumología-Neurología, y ha sido impulsada por la Fundació El Somni dels Nens.

Los cambios han consistido en incorporar nuevas salas de juego y de descanso y una mejora de las condiciones ambientales de señalización, con la finalidad de que sea más «acogedor» y de mejorar la experiencia del ingreso de pacientes y de sus familias.

Este área del hospital recibe medio millar de visitas al mes, y esta transformación se ha hecho pensando en que estos niños y niñas se recuperen de sus enfermedades y que en el ingreso puedan sentirse «como en casa».

Desde Sant Pau aseguran que este proyecto de humanización parte de la «escucha activa» de los pacientes y familiares. «Es un cambio necesario desde hace tiempo», ha dicho la supervisora de enfermería del Servicio de Pediatría, Alejandra Pérez, durante la presentación de hoy por la mañana, en la que ha detallado que «muchas veces tienen que esperar algunas horas a hacer pruebas y de este modo estarán más entretenidos y en un ambiente más confortable mientras esperan los resultados».

También se ha cambiado la decoración de estos espacios, que ahora evocan entornos naturales, para mejorar el bienestar emocional de los niños. Una de las zonas renovadas es la sala de espera, ahora bautizada como el Bosque de los Glóbulos Blancos, con una decoración donde predomina el verde y que cuenta con una mesita y libros para que los más pequeños puedan entretenerse durante la espera en el hospital.

El director del Hospital de Sant Pau, el doctor Adrià Comella, ha dicho que «es un día de celebración», ya que «hace dos años impulsamos el Área de Usuarios y Comunidad para ser un hospital de alta tecnología y complejidad que piensa en las personas». Comella asegura que el «componente humano es imprescindible, sobre todo con los niños y sus familias» y, en este sentido, afirma que «además de hacer posible para recuperar la salud de los pacientes, el hospital también quiere que el proceso sea lo más agradable posible».

En el nuevo espacio conviven pacientes con nacimientos prematuros – que acostumbran a tener una estancia media de dos meses y medio–, niños oncológicos (con estancias de cinco semanas consecutivamente) o niños con enfermedades raras, entre otros. Debido a esta heterogeneidad, a menudo es incompatible mezclar a niños con cuadros menos graves y a otros con necesidades especiales, algunos de los cuales un contagio puede poner en riesgo sus vidas, en la única sala de juegos que había hasta ahora. «Uno de los entornos en los que se ha trabajado es una nueva sala de juegos que antes era un almacén. Cambiamos su ubicación y ahora es un espacio donde los niños pueden jugar con sus familias», explicó la supervisora de enfermería de Pediatría, Alejandra Pérez.

Según el hospital, en esta unidad han llegado a ingresar niños que han tenido que estar recibiendo tratamientos durante un año: «Aquí celebramos sus aniversarios, la Navidad, la castañada, todo. Cuando un niño viene aquí atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. Estos espacios son de agradecer por el bien de su estado de ánimo», ha terminado por afirmar Pérez.