Dos años y seis meses de cárcel para un guardia civil que hacía favores a cambio de jamones y comidas en Ciudad Real
Este agente de la Guardia Civil ha sido condenado por un delito de falsedad documental y tendrá que pagar 15 euros diarios durante seis meses
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La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado este jueves a dos años y seis meses de cárcel a un guardia civil, a J.L.G.L, que fue pillado haciendo "favores" a su cuñado y a otras cuatro personas más a cambio de "pequeños regalos".
La Fiscalía pedía 15 años de prisión para este agente de la Benemérita al que se le imputaba inicialmente de los delitos de cohecho y falsedad documenta, sin embargo, el jurado ha descartado el cohecho tras no remitirse pruebas suficientes.
J.L.G.L accedió a base de datos SIGO, exclusiva de la Guardia Civil y del resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para anular una multa a un amigo y para conocer el informe del estado de un vehículo que había adquirido su cuñado.
A parte de la pena de 2 años y seis meses de prisión por el delito de falsedad documental, el magistrado ha multado a este guardia a civil con 15 euros diarios durante seis meses.
Por otro lado, los otros cuatro acusados, entre los que se encontraba el cuñado del agente, han quedado absueltos de los delitos de inducción al delito, cohecho y falsedad documental.
La operación 'Cinabrio' comenzó en 2021 tras las sospechas vertidas sobre este agente que supuestamente recibía regalos a cambio de favores relacionados con su puesto de autoridad y poder.
Uno de estos favores fue acceder al Sistema SIGO (Sistema Integrado de Gestión Operativa, Análisis y Seguridad Ciudadana) de la Guardia Civil para comprobar los datos de una matrícula de un vehículo a cambio de ser posteriormente invitado a una montería de jabalíes.
Por otro lado, se le acusa de hacer un pliego de descargo en una denuncia por conducción temeraria al conductor de un quad, además de haber accedido al Sistema SIGO para decirle al propietario de un establecimiento hostelero que el camarero que tenía pensado contratar carecía de antecedentes penales.
Por todas estas acciones, el guardia civil recibió un jamón y fue invitado a comer un "guarrillo", según las conversaciones telefónicas que el acusado tuvo y que habían sido interceptadas por agentes de asuntos internos de la Guardia Civil.