Monte Toro, en lo más alto de Menorca

Es posible que escribir “Monte Toro” para muchos de los lectores no signifique nada. Sin embargo, estas dos palabras, con seguridad, son parte importante de la vida de los menorquines.

Me estoy refiriendo al punto más elevado de la isla, con sus 358 metros sobre el nivel del mar.

Se puede pensar que no es una gran altura, pero en esta tierra de pocas elevaciones esta montaña es visible desde multitud de rincones isleños.

Estamos en un enclave estratégico de Menorca por su situación, en el centro de la isla, y por las vistas que ofrece al viajero.

Menorca a nuestros pies, casi a vista de pájaro. Apreciando la belleza de estas tierras, el verdor de muchas zonas y el inmenso Mediterráneo que le envuelve y rodea. Incluso, si el día amanece despejado permitiendo una buena visibilidad, se distingue perfectamente la isla de Mallorca.

No quiero, por la relevancia que tiene, dejar de mencionar una importante vertiente que está relacionada con Monte Toro: la religiosa.

Así es, junto a unos repetidores de televisión y telefonía (servidumbres de la vida moderna), en la cima de la montaña podemos visitar el Santuario de la Virgen del Toro (patrona de la isla).

Estamos en el más importante centro de peregrinación de Menorca, siendo su imagen, tallada en madera, objeto de devoción y culto.

Erigido a finales del XVII sobre los restos de una antigua iglesia gótica, este santuario cuenta con una iglesia de una única nave con tres capillas laterales. En el patio central se aprecia perfectamente una gran atalaya, de aires robustos y sólidos, seguramente medieval, que debió servir de torre de vigilancia costera para advertir a los vecinos ante posibles ataques.

Junto al recinto religioso, a escasos metros, encontramos también, en el exterior del santuario, la estatua del Sagrado Corazón de Jesús.

Por cierto, como no podía ser de otra forma, el lugar tiene también su leyenda sobre el origen del nombre (Toro). Curiosidades y anécdotas que no desvelo, recomendando al lector se interese por ellas.

Así pues, hablar de Monte Toro es parte del alma de sus habitantes. Sean razones históricas, sean razones orográficas y estratégicas o sean razones religiosas, lo cierto es que es una visita inexcusable del turista que viaje hasta Menorca.

Por cierto, si el hambre aprieta, tenemos la posibilidad de comer, y muy bien, en el bar/restaurante (“Sa Posada del Toro”). Un menú del día, variado y muy bien elaborado, con una magnífica relación calidad/precio que merece ser probado. Buena comida a la que acompaña un plus adicional: las inigualables panorámicas que ofrece su terraza.

Obviamente, este tipo de excursión nos aleja de las playas y el mar (tiempo habrá durante nuestro viaje), pero nos adentra en el interior de la isla, quizás más desconocido, pero también tremendamente atrayente.

Finalizo indicando que se puede subir a pie, en bici o en coche (arriba hay un gran aparcamiento). El acceso es cómodo y sencillo. Para los más deportistas, que opten por utilizar las piernas, únicamente recordar que la subida no es excesivamente dificultosa.