El homenaje de su Sevilla

Los apellidos Vázquez y Miura van unidos desde hace décadas. Camadas y camadas tentadas en Zahariche por la familia Vázquez. Todo empezó en la Feria de Abril de 1940, mi abuelo Eduardo debutó al frente de nuestros toros en Sevilla. Ese mismo año, en agosto, un joven llamado Pepe Luis Vázquez tomaba la alternativa. Ayer, le rendimos pleitesía. Con respeto y seriedad. Nuestro último adiós a un torero grandioso. Fue una jornada muy emotiva y, pese a las circunstancias, hasta bonita. Eso sí, posiblemente, muy a la contra de lo que él hubiera querido. «Cuando me llegue la hora, no me maréis mucho, no me déis muchas vueltas de un lado a otro», bromeaba. Así, era él. De una sencillez y humildad tremendas, pero con una calidad humana brutal.

Ha quedado demostrado. En el Ayuntamiento, se volcaron con él. Lo mismo ayer en La Maestranza. Allí, vivió su última Puerta del Príncipe. La más multitudinaria. Entró y salió por ella. Sincera y sentida ovación en los medios. En brazos de sus compañeros. Nos deja el legado de su escuela sevillana. En la inauguración de la estatua que preside La Maestranza frente al Paseo Colón afirmó que era «un monumento a los toreros de Sevilla». Ayer, el homenaje se lo rendimos los propios toreros de su Sevilla.