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El gadget del sábado: Realme GT 3, una carga bestial pero…
Se hizo conocido por tener la carga más rápida del mercado pero hay más en su interior.
El fabricante realme ya lo había hecho al presentar el Realme Gt Neo 3 y su carga rápida de 120 W, luego le tocó el turno a otros modelos, pero ahora con el GT 3 sube la apuesta hasta una carga bestial de 240 W. Pero tiene que mostrar más para aspirar a los puestos altos y eso es lo que veremos en este análisis. Lo primero a destacar es que estamos ante un smartphone con un precio de unos 650 euros aproximadamente. Esto lo sitúa en el espectro de la gama media… supuestamente. Vamos por pasos.
En diseño es interesante y diferente (dentro de lo que se innova en este área). Su principal característica es que en el lateral de la cámara tiene una pequeña ventana a través de la cual se puede ver el “procesador”. Obviamente no es el procesador real y al igual que ocurre con otros teléfonos, su función es la de alertar sobre carga y notificaciones principalmente al iluminar con un panel LED que lo recubre. Es un detalle interesante y diferenciador, sobre todo teniendo en cuenta que se puede personalizar para decidir qué apps lo iluminan.
Estamos ante un móvil con una pantalla AMOLED de 6,74 pulgadas con una tasa de refresco de 144 Hz. Es grande, pero como sus laterales son rectos no es incómodo en mano. Uno de los primeros detalles en los que notamos que no se trata de un gama alta es en los acabados en plástico de los laterales. Pese a ello el cristal mate en la parte trasera no se llena de huellas, lo cual se agradece.
Una sorpresa fue ver un procesador de gran potencia, como el Snapdragon 8+ Gen 1, en un móvil de este precio. Y si a eso le sumamos un almacenamiento que parte de los 16 GB de RAM y 256 GB (hasta llegar a 1 TB de almacenamiento), la combinación es muy buena, más aún en este tipo de móviles inicialmente de gama media. La parte de biometría es también muy buena (huella y reconocimiento facial).
Pero la estrella, sin duda, es la carga. La batería de 4.600 mAh cuenta con un cargador de 240 W (sí, está incluido y no, no es una bestia de tamaño: más bien normal). La carga completa toma 10 minutos y en apenas 3 minutos rozamos el 50%.
En lo que a cámaras respecta, algo en lo que hasta ahora no se ha caracterizado realme, tenemos las dos lentes principales, de 50 y 8 MP junto a un muy interesante “microscopio” de 2 MP. No tiene mucha resolución, es cierto, pero aporta juego interesante para detalles de fotografía. La cámara selfie es de 16 MP. En conjunto se trata de un equipo intersante en términos fotográficos, pero no uno que destaca.
Hasta aquí todo muy bien pero hay algunos detalles que vale la pena mencionar. La carga rápida se aprovecha mucho ya que la autonomía, pese a su batería de 4.600 se va más rápido de los habitual. Puede ser en parte por otro detalle que llama la atención: viene con demasiadas apps instaladas por defecto y esto puede hacer que la memoria trabaje más de lo necesario y drene la batería. Una limpieza previa podría resolverlo. Tampoco hay disponibilidad de carga inalámbrica o reversible.
Veredicto:
realme ha apostado por un móvil muy interesante con un procesador muy potente, una carga bestial y memorias muy buenas. Los detalles de cámara y autonomía le quitan puntos pero hay que recordar que estamos ante un móvil de 650 euros… una vez resuelto esto no podemos pedirle detalles de gama alta.