Tecnología
Una analista descubre con los datos GPS de Google que había coincidido 41 veces con su pareja antes de conocerla
Channon Perry encuentra el lado romántico a la recopilación de datos al estudiar su historial de ubicaciones y el de su pareja
Muchas relaciones románticas se inician tras conocerse las personas implicadas por puro azar. Es decir, podía no haber tenido nunca lugar si, por ejemplo, una de ellas no hubiera acudido a tal sitio en un determinado día o lo hubiese hecho en un momento diferente. Estar predestinado o no a conocerse es un tema que ha acompañado las relaciones de pareja desde siempre, pero hasta hace relativamente poco no se disponía de las herramientas tecnológicas de recopilación de datos que dejan constancia de cada movimiento que realizamos y que pueden arrojar algo de luz sobre esta cuestión. Eso pensó Channon Perry, una joven analista de datos de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, que decidió utilizar sus habilidades profesionales para averiguar si, de alguna manera, estaba destinada a encontrarse con su actual pareja desde hace dos años, Dan.
Channon y Dan son dos de los más de cuatro millones y medio de habitantes de Ciudad del Cabo y estudiaban en la misma universidad, lo que ya aumentaba las probabilidades de conocerse. Sin embargo, eso no sucedió durante los cinco años anteriores a 2020 en los que ambos vivieron en Ciudad del Cabo y los tres durante los que frecuentaron el mismo campus universitario, hasta 2018. Sí sucedió finalmente en el primer año de la pandemia e iniciaron su relación de pareja tras conocerse a través de una aplicación de citas.
“Cuando conocí a mi novio, a veces sentía un poco de pena por no haber podido tener una historia más bonita y adorable de cómo nos conocimos, a pesar de vivir en la misma ciudad durante cinco años y asistir a la misma universidad”, explica Channon Perry en su web. “Nuestra historia no es única entre muchas parejas de 2020: en un momento entre olas de COVID, comenzamos a hablar en línea, en Bumble, una aplicación de citas”, añade.
En busca de un sentido más profundo al inicio de su relación, decidió aplicar sus conocimientos profesionales. “Gracias al historial de ubicaciones de Google, que recopila datos GPS en segundo plano, pensé que podría encontrar una respuesta a cuán proféticamente se cruzaron nuestros caminos antes de conocernos”. Resultó que unas cuantas decenas de veces.
La analista de datos solicitó a Google la descarga de su historial de ubicaciones a través de la herramienta que la compañía pone a disposición de los usuarios de sus servicios con este fin, Google Takeout. Entre las opciones que facilita Google, está la de descargar esos datos de ubicación en un archivo comprimido que contiene los archivos JSON con la información que Channon buscaba. Dan realizó la misma operación y envió los datos a su pareja que creó una sola tabla de datos con la información de ambos.
Los datos del historial de Google incluyen información precisa sobre las ubicaciones en cuatro categorías: 111 metros, 11,1m, 1,11m y 0,11m. En un primer momento intentó usar los datos con una precisión de 11,1 metros, pero decidió ampliarlo a 111 porque sino reducía demasiado el número de datos.
Otra dificultad que encontró fue que mientras que el 98% de sus registros alcanzaban los estándares de precisión que necesitaba, esto solo sucedía en el 45% de los datos de su pareja. Esto lo atribuye a la carencia ocasional de datos móviles debido al elevado precio en Sudáfrica de las conexiones, situaciones en las que el móvil estuviera apagado o el uso de parámetros de privacidad que impiden la recolección de esos datos. Lo que significa que el resultado final hay que entenderlo como un “al menos”. En total, cruzaron sus caminos en Ciudad del Cabo, sin reparar en la existencia de la persona que iba a convertirse en su pareja, 41,25 veces antes de conocerse.
“Me alegro de haberme metido en este agujero de conejo porque ahora pienso en las 41,25 veces que casi nos encontramos. Si una audiencia hubiera estado mirando, habrían estado al borde de sus asientos. El 16 de agosto de 2017, exactamente una semana antes de la fecha en que nos conocimos tres años después, estamos registrados en las mismas coordenadas GPS en este lugar donde almorzaba con frecuencia, cerca de una cafetería en el edificio de ciencias sociales. ¿Me lo crucé en las escaleras? ¿Hicimos cola juntos en la fila para tomar un café? Supongo que Google no tiene la respuesta para todo, pero cuando tomamos nuestro café juntos todas las mañanas es agradable imaginar que años antes pudimos haber disfrutado en silencio ese café uno cerca del otro” explica Channon.
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