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Podología

Si tienes el segundo dedo del pie más largo que el gordo, podrías sufrir esta enfermedad en el futuro

Esta patología es más común en mujeres que en hombres y suele manifestarse durante la pubertad

Si tienes el segundo dedo del pie más largo que el gordo, podrías sufrir esta enfermedad en el futuro
Si tienes el segundo dedo del pie más largo que el gordo, podrías sufrir esta enfermedad en el futuro Pixabay

El pie humano es una estructura compleja y única en cada individuo. No existen dos pies exactamente iguales y las diferencias en la forma de los dedos pueden tener más significado de lo que parecen. De hecho, tener el segundo dedo del pie más largo que el dedo gordo puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Freiberg, una patología poco conocida pero que puede causar dolor e inflamación en el antepié.

Según los especialistas del Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV), la enfermedad de Freiberg es una necrosis avascular que afecta comúnmente al segundo metatarsiano. Esta afección provoca el aplanamiento y deformación del hueso, dificultando el correcto riego sanguíneo en la zona. Como consecuencia, las personas que la padecen pueden experimentar dolor al caminar o correr, así como inflamación en la parte anterior del pie.

El origen exacto de la enfermedad de Freiberg aún no está completamente claro. Sin embargo, la hipótesis más aceptada sugiere que se debe a microtraumatismos repetitivos sobre la cabeza del segundo metatarsiano, lo que ocasiona el colapso de los vasos sanguíneos y la posterior necrosis avascular. Esta patología es más común en mujeres que en hombres y suele manifestarse durante la pubertad, coincidiendo con los períodos de crecimiento acelerado.

Además, ciertos factores pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Entre ellos se encuentran la práctica de deportes de alto impacto, como el baile, la carrera o el salto, que generan una presión constante sobre los huesos del pie.

Diagnóstico y tratamiento

Dado que los síntomas de la enfermedad de Freiberg pueden confundirse con otras patologías como la artrosis, es fundamental un diagnóstico preciso. Para ello, los especialistas realizan una exploración clínica y pruebas radiológicas que permiten confirmar la afección.

El tratamiento podológico se basa en la realización de un estudio biomecánico y de presiones plantares para diseñar soportes plantares personalizados. Estos dispositivos ayudan a reducir la carga sobre la zona afectada y alivian el dolor. Asimismo, se recomienda el uso de calzado con suelas que amortigüen los impactos y protejan la estructura del pie.

En algunos casos, es necesario recurrir a analgésicos o infiltraciones de corticoides con anestésicos locales para mitigar el dolor. En situaciones más graves, puede requerirse inmovilización con yeso, el uso de muletas o, en última instancia, una intervención quirúrgica. No obstante, la cirugía solo se contempla cuando los tratamientos conservadores no han dado resultado.

Aunque la enfermedad de Freiberg no se considera grave, una atención inadecuada puede derivar en complicaciones a largo plazo. Entre las posibles secuelas se encuentran la artrosis de la articulación metatarsofalángica, metatarsalgia crónica, deformaciones en los dedos (dedo en garra o martillo), rotura de la placa plantar o incluso artritis.