Consejos para evitar que la piel se pele después de tomar el sol

Además de darte un bonito bronceado, tomar el sol tiene varios beneficios para la salud, como mejorar el estado de ánimo, promover un sueño más profundo, disminuir la presión arterial, reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer, fortalecer los huesos y potencialmente ayudar en la pérdida de peso. La exposición al sol también libera serotonina y endorfinas, hormonas asociadas con un estado de ánimo más feliz y menos depresión.

Ahora bien, es importante que recordemos que la exposición al Sol también puede tener sus efectos negativos. Si no utilizamos protección solar cada vez que exponemos nuestra piel a los rayos ultravioleta del sol, podemos quemarnos. Y si este “descuido” se repite con demasiada frecuencia, podríamos provocar el envejecimiento prematuro de la piel y, en el peor de los casos, desarrollar cáncer de piel.

Tomar el sol sin tomar las debidas precauciones tiene otros efectos indeseables de una importancia mucho menor que el cáncer o el envejecimiento prematuro de la piel, pero que pueden prevenirse muy fácilmente. Uno de estos problemas menores es la piel pelada. Básicamente, esto ocurre porque no hemos utilizado la protección solar que necesitábamos o porque nuestra piel no está lo suficientemente hidratada.

A continuación, te presentamos una serie de pautas sencillas que deberías tener presente antes y después de tomar el sol, para evitar que la piel se pele innecesariamente:

Protección:

Esta recomendación no puede ser una sorpresa para nadie. Al fin y al cabo, utilizar crema solar es la precaución más importante que debemos tener cuando vamos a tomar el sol. Eso sí, recuerda que debes elegir la crema solar que mejor se adapte a tu tipo de piel, porque no todos tenemos las mismas necesidades.

Y si tienes la piel muy clara o especialmente sensible, lo mejor que puedes hacer es exponerte al sol de forma gradual, para que la piel se vaya acostumbrando y produciendo melanina, el pigmento natural que la protege y la oscurece. Plantéate también si tu piel está preparada para aguantar los rayos ultravioleta de las horas de mayor intensidad.

Exfoliación:

Es muy recomendable que exfoliemos nuestra piel antes de tomar el sol. De esta forma eliminaremos las células muertas y fortaleceremos nuestra piel frente a cualquier agente externo. Además, esto ayudará a que el bronceado sea más uniforme y duradero y reducirá elriesgo de quemaduras solares.

Hidratación:

La piel seca siempre será más vulnerable frente a las quemaduras y será más fácil que se acabe pelando. Por eso, es importante beber suficiente agua y utilizar una crema hidratante adecuada. También debemos utilizar cremas aftersun que contengan aloe vera para calmar, rehidratar y reponer la piel después de la exposición al sol, incluso si no te has quemado.

No te rasques:

Si tu piel está quemada y es propensa a pelarse, es importante que evites rascarte con las uñas o frotarte demasiado con la toalla al salir de la ducha, entre otros gestos. Estos hábitos pueden acelerar el proceso y no tendrás tiempo para remediarlo. Además, los expertos recomiendan usar un gel ligero que proteja el pH natural de la piel, en lugar de aquellos que incluyen alcohol en su composición.