Cataluña
El ayuno del escudero de Puigdemont
La épica casa mal con el independentismo catalán. No son precisamente unos almogávares. Lo único que han conseguido con el “proces” es el desgobierno en Cataluña, la división social y que los antisistema de los “Comités en Defensa de la República” imaginaria hagan el animal, aunque creo que los animales son por regla general más educados e inteligentes. Ahora somos una comunidad sin ley, donde los CDR imponen la suya ante la inanición intelectual del gobierno catalán. Es verdad que hay un listillo, Puigdemont, que es un fanático sin formación que ha hecho del independentismo una profesión, y muchos tontos útiles en las instituciones que le jalean en su disparatada realidad paralela. Otra cuestión distinta son los centenares de miles de independentistas bien intencionados que merecen mi respeto desde la discrepancia. Creo que están equivocados y que han abrazado esta “religión” desde la irracionalidad sentimental.
Mi tierra natal, que nunca conseguirán que deje de querer aunque me resulte imposible ir con el clima de odio que han creado los fanáticos seguidores de Puigdemont, las CUP, Òmnium y la ANC, se ha instalado en el esperpento y los despropósitos cotidianos. Hemos llegado a un extremo en que nada nos sorprende. Quim Torra, el escudero de Puigdemont el Turista de Waterloo, que ejerce la presidencia del gobierno catalán por delegación y es claramente un hombre sin atributos intelectuales o fuerza de voluntad más allá de ser su marioneta, por fin se ha sumado a la huelga de hambre y ha comenzado un ayuno de 48 horas. Cataluña tiembla y todos tememos por su salud. ¿Podrá aguantar ese periodo tan largo o será necesario que le atiendan porque los catalanes no podemos perder un patrimonio inmaterial como nuestro carismático presidente?
Lo que más me preocupa es que haya elegido el monasterio de Montserrat, cuyos monjes son independentistas y sectarios. Lo han demostrado con creces. Desde luego no son hombres de Dios y porque mis convicciones son firmes ya que con lo que sucede con la Iglesia catalana es difícil mantener la fe. Me entristece pensar que mis padres se casaron en Montserrat y ahora se ha convertido en un nido de fanatismo. Torra no aprovechará la oportunidad para reflexionar sobre los disparates que está cometiendo como marioneta de Puigdemont, sino que saldrá reafirmado en su odio a España y los españoles, su deseo de romperla y mantendrá su línea de actuación que solo sirve para aumentar el desgobierno y dividir a la sociedad catalana.
¿Qué hemos hecho los catalanes para sufrir tamaño castigo? Los independentistas no han aprendido de la Historia, porque se limitan a manipularla con la colaboración de los historiadores partidistas que mienten y engañan a sabiendas. Son lo peor. ¿Qué hemos hecho para tener unos políticos en las instituciones de escasa formación como Puigdemont? Hemos sido un pueblo reconocido por nuestro seny, pero siempre se olvida de la rauxa que en algunas ocasiones ha estallado de forma irracional a lo largo de nuestra historia. Ahora nos gobierna gente sin calidad, sin categoría, sin sentido común. Una gente que no ha tenido, salvo excepciones, vida profesional antes de la política. Y que además tiene una colección de palmeros bien pagados en los medios de comunicación. ¡Pobre Cataluña!
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