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El buen salvaje

Biondo o el día que España supo lo que es la oligospermia

Dentro de otros diez años se abrirá de nuevo el caso y nadie podrá salir de la sala, como en «El ángel exterminador»

Todos los veranos se produce un giro de guion que lo cambia todo; si no fuera por el viaje a Marruecos del presidente del Gobierno, que ha intentado colarse entre las noticias más vistas, no habría competidor para la historia de Mario Biondo. Por cierto, tenemos que hablar de la gorra de Pedro Sánchez. ¿Por qué? Intentar pasar desapercibido y no conseguirlo tiene un punto cómico a lo Fantomas.

Lo último que uno pensaría del que fuera marido de Raquel Sánchez Silva, a lo que íbamos, un tío guapete, grandullón como suelen ser los cámaras de televisión, y que fue encontrado muerto ahorcado en su casa ¡hace diez años! es que le preocupara la oligospermia, la falta de espermatozoides, que es lo que el hombre preguntaba por internet al doctor Google. Hay muchas causas que provocan esta, digamos dolencia, pero el documental de Netflix del que todo el mundo habla se detiene en una: el consumo de sustancias estupefacientes, para dar a entender que al hombre le gustaba lo prohibido.

Es solo unas de las tantas revelaciones locas que se vierten en el reportaje y que han dado pie a otras, también lisérgicas en la misma onda, declamadas por toda clase de protagonistas y de opinadores, de tal manera que si usted ni tiene una teoría sobre quién mató a Mario Biondo (dado que lo del suicidio es la versión oficial pero no se acaba de entender) es que se quedó dormido el 23-J y aún no ha asimilado la realidad. Y es que en España se practica la diasfixia, que es alcanzar el orgasmo a punto de ver una luz al final del túnel. Preferentemente con la ayuda de un pañuelo de cierto glamour.

En fin, que en el documental sale vencedora Raquel, es de suponer que no tiene nada que ver que el productor de la cinta es su ex representante Guillermo Gómez Sancha, al que ha contestado el criminólogo Óscar Tarruella, que no es tampoco un criminólogo cualquiera sino el ¡ex marido de Mónica Naranjo!

En las meriendas en la orilla, a esa hora en la que los cazadores de chismes remojan los pies mientras despellejan a su presa y a las que están por caer, no se habla de otra cosa. Las dos Españas. Los que piensan que quedan muchos interrogantes que Netflix no ha aclarado en absoluto y los que se compadecen de Raquel Sánchez Silva y piden que la dejen en paz.

Será un caso inconcluso para siempre. Dentro de otros diez años se abrirá de nuevo el caso y nadie podrá salir de la sala, como en «El ángel exterminador» porque el que no ha matado al uno ha asfixiado a la otra.