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El trípode

AMLO quiere genuflexa a España

La sucesora de AMLO en México ha cumplido su encargo de no invitar al Rey Felipe VI a su toma de posesión, una afrenta a las relaciones bilaterales

La sucesora de AMLO al frente de la República de México ha cumplido el encargo de su mentor y predecesor de no invitar a su toma de posesión a S.M. Felipe VI, Rey de España y Jefe del Estado, lo que constituye una auténtica afrenta a una relación bilateral que debe estar basada, ante todo y, sobre todo, en el respeto y la educación. Si bien es verdad que «no ofende quien quiere sino quien puede», no es menos cierto que, por si fuera poco, tamaña carencia de ello, el motivo alegado lleva la firma de esa leyenda negra a la que se apuntan los negrolegendarios que, a falta de argumentos, no tienen mejor cosa que hacer que exigir al Rey de España que «pida perdón» por nuestra actuación en el entonces Virreinato de la Nueva España. Por supuesto que a semejante misiva el Rey no contestó, lo que ahora consideran una ofensa esos patéticos personajes, que osan convertirse en defensores de la causa indigenista.

Juzguen uds. si AMLO y su pupila tienen rasgos raciales propios de aquellos indígenas, o de los colonos que allí fueron a partir del siglo XIX cuando se emanciparon de la «Vieja España» europea. Y, por cierto, aquel extraordinario Virreinato tenía una superficie el doble mayor que el actual México y renta per cápita no inferior a los EE. UU. del momento y a las naciones europeas, incluida aquella «Vieja España». Sánchez ha aparentado sentirse ofendido y ha anunciado que el Gobierno no asistirá pese a haber sido invitado —¡solo faltaría!—, pero un ejemplo de ese «gobierno» es que sus socios de Sumar, Podemos, BNG y Bildu ya han confirmado su asistencia.

El argentino y nacionalizado español Gerardo Pisarello, diputado y miembro de la Mesa del Congreso, ha hecho unas declaraciones que como mínimo son ofensivas e incompatibles con su condición. En cuanto a Bildu, Otegi sería un coherente embajador para la ocasión al nivel de esos anfitriones. Por cierto, cuando Sánchez se ofendió por lo que dijo el presidente Milei de Begoña Gómez, retiró el embajador en Buenos Aires. ¿Acaso es ella una autoridad del Estado y superior a S.M. el Rey de España? Habrá ocasión de hablar de esa leyenda y de esos negrolegendarios, que recibieron un próspero virreinato desarrollado, con universidades, hospitales, caminos, conventos, monasterios, etc., y unos novohispanos súbditos de la Corona en igualdad de derechos que cualesquiera otros de aquel imperio en el que «no se ponía el sol». Y que ya no sacrificaban seres humanos a sus dioses, porque eran católicos. Y, por cierto, de una Nueva España mestiza. No como AMLO y su pupila.