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Sin Perdón

El absurdo maratón de Sánchez

«Ha desplazado artificialmente el eje de la gobernabilidad hacia la izquierda radical y populista»

Al margen de cualquier otra consideración, la realidad es que el maratón que Sánchez organizó ayer en La Moncloa fue ridículo. Uno de los temas más importantes que afronta España fue liquidado a golpe de unas decenas de minutos con cada uno de los líderes políticos. Con esa falta de criterio absurdo, optó por darle unos minutos adicionales a Feijóo, que representa al partido más importante de nuestro país y que ganó las elecciones. Ni siquiera era una estrategia para incordiar a su rival, simplemente tenía prisa y necesitaba liquidar este trámite en una única jornada. En las democracias avanzadas, la política exterior no se establece en función de los caprichos arbitrarios de un presidente de la República o un jefe de Gobierno. La deriva autoritaria de Sánchez resulta ridícula, porque ni siquiera tiene una mayoría parlamentaria estable que le apoye. Y aunque la tuviera sería igualmente absurdo. Su comportamiento entre arbitrario y caprichoso, basado en un desaforado personalismo, es un grave error. Esta legislatura se caracteriza, precisamente, por este tipo de disparates. La necesidad de incrementar el gasto de defensa comportaba contar con un presidente del Gobierno a tiempo completo y no parcial como sucede desde hace demasiado tiempo. Sánchez está más preocupado por visitar Finlandia que por cumplir con sus responsabilidades al frente del Gobierno. Por supuesto que debe tener una agenda exterior, pero su prioridad debería ser España. Ni siquiera su supervivencia política debería ser importante si le moviera el patriotismo. Hay que aumentar el gasto de defensa, pero tiene que hacerlo, le guste o no, cogido de la mano de Feijóo. Las razones son tan obvias que no deberían merecer ningún comentario, pero no queda otro remedio que reiterarlas. No puede ignorar a quien representa realmente a la mayoría de los españoles y, también, de los europeos. Es un error que viva instalado en la burbuja de que España es de izquierdas, porque en este momento histórico concreto no lo es. Es más, sabe muy bien que sería el resultado si se adelantaran las elecciones. No sé qué sucederá en 2027, pero Europa ha girado hacia el centro derecha. En cambio, con sus políticas ha desplazado artificialmente el eje de la gobernabilidad hacia la izquierda radical y populista. Es un auténtico disparate.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)