La IA revoluciona el sector energético sostenible

En muy poco tiempo la Inteligencia Artificial ha pasado de ser una distopia, propia de series y películas de ciencia ficción, a una realidad, cada vez más presente en nuestra vida cotidiana.

La IA se encuentra ya entre las tecnologías que están revolucionando sectores tan dispares como la comunicación, el consumo, la medicina, la industria y hasta el tiempo de ocio. Parece que, a diferencia de otros desarrollos tecnológicos, la IA ha venido para quedarse.

La inteligencia artificial también está transformando a paso agigantados, el sector, su uso permite optimizar la generación de energía, facilita la gestión de redes inteligentes, facilita la respuesta a la demanda y potencia la descentralización de los sistemas energéticos. En definitiva, supone una gran aportación en la cadena de valor destinada a mejorar la eficiencia energética, en parámetros de sostenibilidad.

Alianzas inteligentes

A esta rapidez en la evolución e implantación de la IA, han ayudado mucho las alianzas y acuerdos suscritos entre plataformas tecnológicas, y sectores industriales o instituciones públicas.

Existen muchos ejemplos para ilustrar los beneficios de intercambiar conocimientos y expertise entre compañías o instituciones provenientes de distintos ámbitos y sectores. En esa dirección van, en el caso de España, la alianza entre Microsoft y la Generalitat de Cataluña para gestionar las cuencas hidrográficas catalanas con Inteligencia Artificial o el reciente acuerdo alcanzado entre Naturgy y Amazon Web Services para implementar la digitalización y el uso de la inteligencia artificial, en toda la cadena de valor de la energética.

IA verde y sostenible

A pesar de las prometedoras perspectivas que ofrece la integración de la inteligencia artificial (IA) en el sector energético, existen algunos desafíos a los que dar respuesta especialmente en cuanto a su impacto ambiental y al gran consumo de energía que necesitan. La Universidad de Massachusetts fue una de las primeras instituciones en alertar de las consecuencias medioambientales que podía comportar su uso por el gran consumo de energía.

Por eso, ya se están desarrollando distintas líneas de trabajo e investigación con el fin de minimizar este impacto negativo, ya sea utilizando fuentes de energía limpias, como la solar o la eólica, para alimentar los centros de datos y sistemas de computación o la llamada Green AI, cuya finalidad es responder e integrar los criterios de responsabilidad medioambiental y sostenibilidad en los sistemas de inteligencia artificial, reduciendo el consumo de energía y la huella de carbono.

Todo hace pensar que con los continuos avances en IA los sistemas de energía serán cada día más eficientes, sostenibles y resilientes.