Energía en positivo
El reto de la digitalizar la red eléctrica: ¿dónde hay que invertir?
Expertos españoles advierten de la necesidad de incentivos a la innovación para los gestores de la red
Europa se adentra en la era de la transición energética y la digitalización de las redes eléctricas de distribución se convierte en una necesidad imperiosa. Un reciente estudio elaborado por el Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia Comillas, publicado por la Fundación Naturgy, revela que la transformación del sector requiere no solo una revisión de las inversiones, sino también un marco regulatorio que incentive la innovación.
El informe «La digitalización de las redes eléctricas de distribución: Indicadores e inversiones» destaca que se prevé un gran aumento de las inversiones en infraestructura eléctrica, pero también en los costes operativos de los gestores de redes. Esto plantea un dilema: hay que equilibrar la modernización con la demanda de un sistema eléctrico resiliente; el coste y la eficacia. En este sentido, la directiva europea enfatiza la necesidad de adaptar los esquemas retributivos.
¿En qué ámbitos? Néstor Rodríguez, investigador postdoctoral del Instituto y autor del trabajo, subraya tres: digitalización, flexibilidad e interconexión. «La conectividad es uno de los pilares de la digitalización de las redes de distribución, pues permite recopilar datos cruciales generados por sensores y emitir órdenes de actuación», señala. Sin embargo, el aumento en la complejidad de la red conlleva grandes desafíos de interoperabilidad y gestión de la información.
Digitalizar las redes eléctricas para integrar los recursos energéticos distribuidos que impone la transición energética, como el vehículo eléctrico, supone un gran reto de por sí. Pero además, Rodríguez advierte que «la gestión de la información se vuelve esencial para asegurar que sirva realmente para mejorar la planificación y operación de las redes». Por eso, uno de los aspectos más críticos del informe es la ciberseguridad. La protección de datos, la integridad de la información y la seguridad de la red son imperativos en un mundo donde cualquier interrupción en el suministro eléctrico podría tener repercusiones graves para la sociedad.
Por último, el estudio propone la creación de indicadores específicos para medir el avance de la digitalización y la integración de recursos energéticos distribuidos. La definición y homogeneización de estos indicadores será «clave para que sean realmente útiles y permita a los gestores de red evaluar la eficacia de sus inversiones».
En un coloquio posterior a la presentación del informe, expertos del sector discutieron la viabilidad de digitalizar la infraestructura eléctrica. Juan José Picón, director de Servicios Jurídicos y Regulación de UFD, destacó que «no es posible digitalizar toda la infraestructura de red eléctrica», subrayando la importancia de identificar áreas clave donde la digitalización sea más necesaria.
Luis Marquina, presidente de la Asociación Española de Baterías y Almacenamiento Energético, puso en valor el papel del almacenamiento como «el elemento que puede aportar calma al sistema como garantía de la seguridad de suministro». Rafael Cossent, investigador del Instituto, remarcó que «el futuro de la generación es incierto, lo que hace esencial flexibilizar el sistema retributivo».
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