Entrevista

«El árbol es vital para nuestro futuro, primero para dar sombra en ciudad»

Dominique Roques

Viajero, escritor y buscador de esencias

Entrevista con Dominique Roques, sourcer, consultor independiente y autor de “El Buscador de Esencias”. lleva más de tres décadas recorriendo el mundo en busca de materias primas con las que enriquecer a la perfumería. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 03 10 2024
Entrevista con Dominique Roques, sourcer, consultor independiente y autor de “El Buscador de Esencias”. lleva más de tres décadas recorriendo el mundo en busca de materias primas con las que enriquecer a la perfumería. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 03 10 2024 © Alberto R. Roldán La Razón

Dominique Roques (París, 1953) lleva 30 años transitando por los bosques del mundo. Antes fue leñador, pero desde hace décadas trabaja buscando esencias para la elaboración de perfumes. Los extractos que suministra a las empresas tienen su origen en más de ciento cincuenta materias primas de cincuenta países. De su trabajo y experiencia ya hablaba en su primer libro «El buscador de esencias». Ahora en «El aroma de los bosques», explora el vínculo que existe entre el ser humano y los árboles.

En perfumería, ¿se valoran las esencias de origen natural?

En la mayoría de los perfumes la composición es un 80% de moléculas sintéticas y un 20% de naturales. La industria siempre quiere novedad, pero los productos naturales a veces son caros y cuentan con dificultades de cosecha, por el tema del cambio climático, o vienen de países en situaciones muy frágiles, como ocurre con el vetiver de Haití o la vainilla de Madagascar. Es verdad que la gente joven pide cada vez más certificados de que hay productos naturales en los perfumes que compra y ya no aceptan que una marca les diga que este perfume es fantástico, como un jardín de jazmín por la mañana y que en realidad sea sintético. Además, están apareciendo empresas y productos de alta calidad con un contenido serio de productos naturales y que explican el origen de los ingredientes.

Los científicos dicen que el bosque se está silenciando. ¿También desaparecen sus olores?

El olor de un bosque es diferente en verano, otoño o primavera, en eso hay variedad, pero es verdad que hay menos pájaros, insectos, menos de todo.

¿Qué opina sobre las reforestaciones. Y por otro lado, ¿huele igual un bosque viejo que un nuevo?

¿Reforestación? Sí, sí, y mil veces sí. Pero hay muchas formas de reforestación, una es la industrial con pino, eucalipto, pero hay más. Hay una toma de conciencia de que hay que hacer algo por los bosques y reforestar mezclando especies. Estoy muy a favor de ello. En cuanto a la otra parte de la pregunta la verdad es que no. Un bosque joven no huele como uno antiguo. Lo que hueles en un bosque tropical maduro es increíble, porque es una mezcla de hojas, frutas, cosas que se descomponen... Si empiezas a plantar abetos y hayas, tendrás que esperar 20 años para que realmente se reconstituya todo lo que va a producir olor. Pero, la verdad es que la mayoría de los bosques nuevos en el mundo son plantaciones industriales, porque crecen rápido y son ideales para producir madera. Esas plantaciones, que hay quien llama agricultura de árboles, no huelen mucho. Es verdad que el eucalipto tiene un olor fuerte, pero debajo no tiene toda la vida del bosque natural.

¿Está cambiando la relación de las personas con los bosques?

Es importante distinguir el norte, donde la situación es más o menos buena, es decir que desde 20-30 años se han hecho esfuerzos por utilizar los bosques de forma más sostenible. No es perfecto, pero hay razones para ser optimista. Sin embargo, en los trópicos se continúa quitando bosque primario para plantar soja, palma o para ganado. Con nuestra conciencia de habitantes del Norte pensamos que hay que parar eso, pero los pueblos que viven en esas zonas no tienen nuestra opinión. Ellos quieren riqueza. Como cuento en mis libros en Borneo yo me pongo enfermo de ver lo que se ha producido y mi chofer piensa que es magnífico ver todas esas palmas de aceite que dan trabajo y riqueza. Sin embargo, en todas partes hay gente que está luchando contra la deforestación. La gente ha empezado a entender que el árbol no es solamente algo hay que talar, es muy útil, quizás vital para nuestro futuro, porque lo primero que da un árbol es sombra y en las ciudades de todo el mundo se van a necesitar más. Tenemos que buscar un equilibrio entre los árboles vivos y los que tenemos que talar. Siempre he pensado que cortar un árbol no es criminal si es para dar espacio, luz y terreno a los jóvenes. Lo criminal es quitar bosques enteros. Eso no tiene justificación.

¿Qué olor necesitamos conservar en el siglo XXI?

Nunca debemos perder el incenso. Es nuestra historia de humanidad. Ya se utilizaba 5.000 años atrás como la madera de cedro de Líbano. Para mí es el nacimiento del perfume moderno. Y añado la rosa, porque fue la primera flor cuyo olor ha conseguido capturar el hombre. Eso fue en Persia. No puedo imaginar que perdamos su olor y el perfume y el aceite de la rosa. En una esencia de rosa hay una mezcla de 250 moléculas. Si quieres hacer una esencia sintética, lo máximo que te va a permitir el modelo es mezclar 10. Es imposible tener la complejidad y la riqueza del producto puro.

El leñador que dejó de talar

Dominique Roques siempre ha vivido cerca de los árboles; primero fue leñador. Su primer contacto con el perfume fue aquí en España, viendo el trabajo de la jara de Huelva. «Aunque no es un trabajo de leñador, se le acerca mucho. Descubrí la dedicación de los gitanos que cogían jara y el de las mujeres que la cocían. Ese trabajo físico también lo ves en Egipto o India. Y de alguna forma es mucho más rico sacar cosas de un árbol sin talarlo. Las resinas, los bálsamos, para mí representan un regalo increíble que los árboles nos hacen. Es como darnos su sangre».