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Medio Ambiente

La moda de segunda mano ganará a la fast fashion en 2030

Unas 33 millones de personas adquirieron por primera vez ropa de segunda mando en 2020, según un informe. La tendencia de revender se consolida entre la generación Z. El 33% ya lo hace

Las plataformas de venta de ropa de segunda mano se consolidarán y tendrán gran auge
Las plataformas de venta de ropa de segunda mano se consolidarán y tendrán gran augeLa RazónLa Razón

Tras la pandemia, uno de cada tres consumidores está más interesado en usar ropa sostenible, según el estudio «Consumer Trends 2022» de Samy Alliance,. Las nuevas herramientas y aplicaciones que el mercado pone a disposición de los consumidores están produciendo muchos cambios en sus costumbres y valores.

Pero hay más factores que influyen e imprimen velocidad a la evolución de esas variaciones. Una mayor concienciación ambiental y sobre el impacto del consumo, deriva en la búsqueda y elección de alternativas más responsables. El interés por consumir «correctamente» crece a medida que aumenta la información.

Una tendencia progresiva es la compra de ropa de segunda mano. Tanto como para que en el horizonte se vislumbren tres posibilidades: que la moda de segunda mano duplicará a la fast fashion en 2030; que en 2020 33 millones de personas adquirieron por primera vez ropa de segunda mano; y que el 76% de los compradores primerizos en el mercado de ropa usada piensa incrementar su inversión en este tipo de moda en los próximos cinco años. Son algunas de las conclusiones del estudio «Consumer Trends 2022», publicado por Samy Alliance recientemente, compañía especializada en servicios de márquetin y estrategia digital para las marcas.

El estudio aporta información sobre las motivaciones e intereses de un sector concreto de consumidores: la generación Z, es decir los nacidos entre 1997 y 2015. Según el estudio, durante 2020 33 millones de personas invirtieron por primera vez en ropa de segunda mano. Y será la generación Z quienes empujen las tendencias porque, en general, parecen mostrar una nueva mentalidad sobre la ropa que compran. Por una parte, es la franja de edad que, según el estudio y hasta el 83%, considera que ser propietario de una prenda determinada es algo temporal, y el 33 % de ellos han revendido ropa y tiene ropa de segunda mano. Estas actitudes de los consumidores, en general, tienen que ver con preocupaciones que hace no tanto no estaban tan generalizadas.

Según el mismo informe, las motivaciones de compra han cambiado en 2020, pasando a una demanda más enfocada al ahorro. Por eso, uno de cada tres consumidores «pospandémicos» valora más la sostenibilidad y se preocupa más por usar ropa sostenible que antes de la pandemia. Y a la mitad le interesa el valor que tendrá esa prenda en el futuro. Por ello, el 60 por ciento se resiste más que antes a desperdiciar dinero. Tanto como que prefieren comprar prendas que se puedan revender y, por tanto, que sean de más calidad. Estas tendencias no son completamente nuevas. Teresa Jarabo, directora de Estrategias en Samy Alliance, afirma que «en los últimos años hemos visto cómo a los consumidores les interesan más aquellas empresas que cuidan su impacto medioambiental y responsabilidad social. Algo que ha aumentado con la Covid-19. En este sentido,-continua Jarabo- la compra de ropa de segunda mano se concibe como una manera de dar circularidad a las prendas y contribuir a reducir las emisiones derivadas de la industria textil. «Sumado a la mayor voluntad de ahorro manifestada por los consumidores, estamos seguros de que esta tendencia de consumo se incrementará en los próximos años».

De confirmarse estas impresiones podrá significar un importante cambio en el impacto ambiental de la moda, que es la segunda más contaminante: según la ONU, el sector representa aproximadamente el 10% de las emisiones globales de carbono y casi el 20% de las aguas residuales. La reutilización de las

prendas, afirma el estudio, ha evitado la emisión de unos 52 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Estos datos muestran el impacto positivo que supone la concienciación de los consumidores.

Y, otra posible consecuencia es el auge que podrán tener las plataformas de venta de ropa de segunda mano.Como apunta el informe de Samy Alliance se calcula que la compraventa de ropa de segunda mano ha permitido la recirculación de unos 6,65 mil millones de prendas. Con ello, el ahorro vinculado para los usuarios supera los 390 mil millones de dólares.