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Reportaje

Los perros policía, mucho más que pregoneros de San Antón

Conocemos a cuatro de sus protagonistas y la labor que desempeña esta unidad desde 1983

Unidad Canina de la Policia Municipal de Madrid. © Jesús G. Feria. © Jesús G. FeriaLa Razón

La Sección Canina de la Policía Municipal de Madrid está de celebración. Y no solo porque en los próximos días se vayan a festejar las fiestas de San Antonio Abad, patrón de los animales, también porque se les ha encargado una misión muy importante y especial: ser los pregoneros de esta celebración. Si todos los años, las unidades caninas de los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad del estado cobran un especial protagonismo por su labor de ayuda y asistencia, este año tiene especial relevancia la de la Policía Municipal madrileña. La Galería de Cristal del Palacio de Cibeles acogerá a las 12:00 horas a algunos de sus 26 integrantes que junto a sus guías, además de acompañarles en la lectura, llevarán a cabo una demostración de la labor tan importante que desempeñan a diario y que puedan verlo todos los ciudadanos. A pocas horas de subirse al escenario, Flavio Melgar, oficial de la Sección Canina de la Policía Municipal de Madrid, confiesa estar emocionado y con ganas de vivir ese reconocimiento tan especial. «La propuesta nos pilló por sorpresa pero estamos encantados, para nosotros es un orgullo enorme y esperamos estar a la altura», asegura a este periódico.

Cachopo, Xena, Lobo y Sultán son cuatro de los integrantes de esta unidad creada en la capital en 1983, la primera canina de la Policía local. Desde entonces, por ella han pasado canes especializados en estupefacientes, explosivos y rescates para velar por la seguridad y salud pública de los ciudadanos. A lo largo de su trayectoria, son infinidad de situaciones a las que deben enfrentarse. Entre las más comunes se encuentran los avisos que reciben -prácticamente a diario- de policías de otras unidades por sospechas de presencia de estupefacientes. «Nos dirigimos al punto donde se encuentren y los perros compaginan su trabajo, que llega donde el ojo humano no lo hace, con el previo hecho por los compañeros». En las últimas semanas del año, la Comisaria Integral de San Blas incautó 23 kilos de cocaína valorados en 1,8 millones de euros gracias a la presencia de uno de estos canes y en Hortaleza, un conductor fue detenido tras encontrar cocaína repartida en distintos partes de su vehículo y más de dos mil euros en efectivo.

Unidad Canina de la Policia Municipal de Madrid.© Jesús G. FeriaLa Razón

Nada de esto sería posible, sin el estricto entrenamiento al que son sometidos y contar con unas características que no todos los perros tienen. «Deben pasar una selección de pruebas en las que se mira que sean especialmente sociables y con mucho interés por el juego». Aptos en esto, antes de formar parte de la plantilla, deben pasar también por el control veterinario. «Las razas más comunes son el pastor alemán y el pastor belga malinois... pero últimamente han entrado cockers, perros de agua, perros mestizos y tenemos una nueva integrante que es una carea leonés». En la sección son uno más de la plantilla. Antes de que el servicio arranque, los canes salen a pasear -siempre con su guía-, explayarse y hacer sus necesidades. Una vez terminado el servicio, en el que aprovechan los momentos de «tranquilidad» para continuar con sus entrenamientos, llega el turno de la comida y la posterior siesta amenizada con música clásica. «Tienen su jornada y sus hábitos establecidos, como una persona más. Por supuesto que cuando su guía no está trabajando, por vacaciones o días libres, lo tenemos perfectamente organizado para que otro lo saque y juegue con él». En su mayoría llegan siendo cachorros desde protectoras o por donaciones de particulares, y tras seis meses de entrenamiento, se incorporan a la sección.

Melgar lleva con Cachopo desde que este tenía cuatro meses. «Acaba de cumplir tres años y estamos todo el día juntos. Es un trabajo muy vocacional, tanto el de policía como el de guía canino. Los perros son mi pasión así que estar en esta sección para mi es doblemente gratificante», señala el oficial. En su caso, es de los que de forma voluntaria deciden llevarse el perro a su domicilio. «Salgo de aquí y sigo trabajando, ser guía canino es una forma de vida». Por las particularidades de esta unidad, gran parte del personal que entra tiene experiencia previa. Algunos, incluso antes de ser policías han hecho deportes con canes, han trabajado en protectoras o se han formado por su cuenta en educación canina. «El adiestramiento canino avanza a pasos agigantados por eso, debemos estar en continua formación y actualizando nuestros conocimientos para estar a la vanguardia».

Según la raza, el servicio que cada uno de ellos preste al cuerpo puede variar. «Lo principal es el bienestar del perro. Si por diferentes circunstancias bajan su rendimiento o consideramos que van a estar mejor jubilados, en una casa, no nos lo pensamos. La ayuda que nos hayan dado será siempre más que suficiente», sentencia Melgar. Una retirada, que en muchos de los casos hacen junto a sus guías -pasan a tener su titularidad de forma oficial- o de forma cuidada, se les busca una familia de acogida adecuada al can.

Después del pregón, en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, habrá actividades en el Centro de Protección Animal del Ayuntamiento de Madrid, dependiente del organismo municipal Madrid Salud. Las celebraciones tendrán otros enclaves: la plaza de Chueca y la iglesia de San Antón. En esta última, hasta el 17 de enero se realizará la tradicional venta de panecillos. Ese mismo día, el más grande de la festividad, se bendecirán los animales -de 10:00 a 20:00 h- y se oficiarán diferentes actos litúrgicos cada hora entre las 13:00 y las 18:00 h. Además, la misa mayor en honor a San Antón se celebrará a las 12:00 h y a las 19:00 h, el padre Ángel oficiará la misa solemne.