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Medio Ambiente
Conclusiones de la COP27: diez avances para seguir luchando contra el cambio climático
La COP-27 terminó por fin. El domingo se adoptó el acuerdo final que echó el cierre a más de dos semanas de negociaciones de la Convención de la ONU en Sharm el-Seij, Egipto. La principal conclusión es la siguiente: hay que seguir luchando contra el cambio climático. Esto no se ha acabado, ni mucho menos. No obstante, se ha logrado un abanico de avances que desligamos en diez puntos:
- 1. Justicia climática para los más vulnerables
“Esta COP ha dado un paso importante hacia la justicia”. Así se expresó el secretario general de la ONU, António Guterres, desde la sede de la conferencia. El motivo de su alegría era este: la COP-27 ha consensuado un documento que supone un avance en la justicia climática, con la creación de un gran Fondo para Daños que compense las pérdidas por los desastres climáticos causados en los países que más sufren sus consecuencias, pero que menos contribuyen a ellas.
Se trata de una demanda de la sociedad civil y de los países más vulnerables (sobre todo, del Sur Global o Estados insulares) desde hace años. La aportación a este fondo, según el acuerdo alcanzado, será proporcional a la responsabilidad histórica de cada país en las emisiones de efecto invernadero. La decisión se ha tomado por unanimidad entre las partes (más de 190 entre países y organismos internacionales), a pesar de la presión de países desarrollados como los Estados Unidos.
Sin embargo, el acuerdo contiene pocos detalles: todavía no se ha pactado cómo se financiará este fondo ni qué países se beneficiarán del mismo. Para ello, se decidió formar un comité que abordará su funcionamiento durante los próximos meses y abrirá, sin duda, debates importantes. Se espera que la estructura de apoyo financiero se ratifique y ponga en funcionamiento para la próxima COP, en 2023.
- 2. Cambio en el sistema financiero mundial
Aunque se centra en los “países ricos”, el acuerdo de crear un Fondo para Pérdidas y Daños invita también al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI) a aportar “soluciones de financiación”. Se busca que los medios financieros igualen el compromiso de los gobiernos. De hecho, y por primera vez en la historia, una reunión de la COP incluyó un llamado a reformar la arquitectura financiera del mundo para alinearla con los objetivos climáticos.
La idea es modificar el modelo de negocio de los bancos multilaterales de desarrollo y las instituciones financieras internacionales, como el FMI, para garantizar que fluya una mayor financiación a los proyectos de transición energética. Guterres reiteró la importancia de cambiar las reglas del juego: “Deben aceptar más riesgos y aprovechar sistemáticamente la financiación privada para el desarrollo de los países”. Por su parte, Laurence Tubiana, directora ejecutiva de la Fundación Europea del Clima, expresó: “Es el momento adecuado. Los impactos climáticos comienzan a entenderse como un riesgo macroeconómico”.
- 3. Posible acuerdo de reducción de las emisiones
El tema que detuvo las negociaciones y convirtió a la COP-27 en la segunda cumbre climática de la ONU más larga hasta el momento fue el “programa de trabajo de mitigación”. Los países más avanzados querían estandarizar los objetivos de los países para reducir las emisiones. Y es que, hasta ahora, cada uno utiliza diferentes criterios y bases. Si esto se cambia, en un futuro, puede tener grandes implicaciones en la eliminación de las emisiones.
- 4. Mercado de carbono
Los países acordaron en la COP-26 crear nuevas normas para reforzar los mercados voluntarios de carbono o créditos de carbono. A grandes rasgos, esto significa que Suecia pueda pagar para proteger los bosques de Tailandia para compensar sus emisiones. Pues bien, en la COP-27, los negociadores detallaron mucho más detallado sobre cómo funcionaría un mercado de carbono de este tipo.
Se espera un nuevo conjunto de “principios de créditos de carbono de alta integridad” para 2023. Ya se ha publicado un código de conducta sobre cómo las empresas pueden utilizar los mercados voluntarios de carbono para cumplir sus pretensiones de cero neto y se estudian reglas para garantizar que los planes de una empresa cumplan los objetivos del Acuerdo de París.
- 5. El objetivo de 1,5ºC no se tocó
Es cierto: se esperaba lograr un acuerdo para reducir los combustibles fósiles (como se definió en la COP-26 de Glasgow) que no pudo ser. Pero al menos se logró un acuerdo final y se evitó lo que hubiera supuesto el primer retroceso de la historia de las negociaciones climáticas. También creció el impulso (liderado por la Unión Europea, junto con EEUU y la India) en torno a la idea de cumplir con el objetivo de no alcanzar un calentamiento global de 1,5ºC, consagrado en el Acuerdo de París de 2015. Hasta 80 países ahora lo apoyan, y se espera que la UE y otros presionen sobre el tema durante el próximo año, a pesar de que la COP-28 se celebre en Emiratos Árabes Unidos, un gigante del petróleo y el gas.
- 6. Fortalecer la resiliencia de los sistemas energéticos
La Agencia Internacional de Energía (AIE) presentó en la COP-27 su informe sobre “Resiliencia climática para la seguridad energética”, que proporciona una descripción de los riesgos e impactos del cambio climático en el sector energético. En este documento se incluyen medidas para incrementar la resiliencia del sector ante tormentas, ciclones, incendios, etc. Entre ellas se incluyen: las evaluaciones integrales de riesgos e impactos climáticos de cara a identificar sitios y tecnologías apropiados, la mejora de los sistemas físicos con el fin de prevenir y resistir ante los daños del cambio climático, la diversificación tecnológica y geográfica, y los sistemas de monitoreo del clima que permiten la alerta temprana ante emergencias. Como ejemplo de esta medida de resiliencia, el informe incluye el sistema Meteoflow de Iberdrola.
- 7. Acercamientos entre EEUU y China
La participación de Joe Biden fue muy relevante. EEUU ha destacado lanzando y participando en iniciativas, incluyendo una asociación que movilizará 20.000 millones de dólares para acelerar la transición del carbón a renovables en Indonesia. Además, el enviado climático de EEUU, John Kerry, y su homólogo chino, Xie Zhenhua, dijeron el sábado que habían reanudado la cooperación formal, que había sido suspendida después de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán a principios de este año.
- 8. Impulso para reducir el metano
Aumentó el número de países que firmaron el compromiso de metano lanzado en Glasgow el año pasado. Ahora son 150 los gobiernos que se han comprometido a reducir las emisiones de este gas de efecto invernadero en un 30% para finales de la década. Incluso China reveló haber desarrollado un borrador, aunque no llegó a unirse al compromiso global.
El presidente Biden anunció que incluirá el compromiso de reducir las emisiones de metano de EEUU en un 87% a 2030 (vs 2005). Por otro lado, Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea, destacó que estaba dispuesto a actualizar el compromiso de reducción de emisiones de la UE, a un 57% para 2030.
- 9. Pactos por el agua y otros ámbitos
Destacó el desarrollo de la Iniciativa AWARe, que quiere situar el agua en el centro de la acción de adaptación y resiliencia climáticas, lanzada por la Presidencia de la COP-27. Así mismo se lanzó la Alianza Global de Renovables, la cual une por primera vez todas las tecnologías necesarias para lograr la transición energética; la Accelerate to Zero, con más de 200 organizaciones involucradas, con el objetivo de que los automóviles nuevos sean cero emisiones a 2035 en los principales mercados y en 2040 a nivel mundial; y una declaración realizada por 10 organizaciones de transporte marítimo y productores de hidrógeno para desplegar 5,5 Mton de H2 verde por año a 2030.
- 10. El papel de los bosques
Los bosques adquirieron un elevado protagonismo en la COP-27, destacando el lanzamiento de la Alianza de Líderes por los Bosques y el Clima, integrada por 27 países y presidida por Ghana y USA, para hacer seguimiento de los compromisos adquiridos en la COP-26 por 114 países de detener y revertir la pérdida de bosques para 2030.
Además, se alcanzaron varios compromisos para aumentar la financiación a su conservación y restauración, destacando la nueva hoja de ruta de Estados Unidos para escalar soluciones naturales que contempla garantizar que más de 25.000 millones de dólares en infraestructura y financiación climática puedan respaldar este tipo de soluciones. Así mismo, Alemania duplicará su financiación en bosques a 2.000 millones de euros en 2025 y Colombia invertirá 200 millones anuales en la próxima década, en el Amazonas.
Por otro lado, se amplía la iniciativa de Acción contra la Deforestación en el Sector Financiero, formada por más de 35 instituciones financieras con más de 8,9 billones de dólares en activos gestionados para eliminar la deforestación por productos agrícolas de sus carteras a 2025.
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