Sevilla
Fernando Osuna, el hombre que lucha por el honor de «El Cordobés»
Para este «abogado de los hijos ilegítimos» sus clientes son siempre la parte «débil». Aunque en esta cruzada contra los «señoritos», también defiende a Manuel Díaz «El Cordobés».
Para este «abogado de los hijos ilegítimos» sus clientes son siempre la parte «débil». Aunque en esta cruzada contra los «señoritos», también defiende a Manuel Díaz «El Cordobés».
Carmen, Rafael o Juan José son sólo los nombres de algunos de los clientes del bufete de Fernando Osuna. El abogado especialista en demandas de paternidad a la alta cuna lleva también el caso de Manuel Díaz «El Cordobés», que tras años de solicitar que fuera reconocido por su progenitor lo hará judicialmente. Pero no es el único. Osuna lleva más de 150 casos de demandas de hijos ilegítimos.
–Manuel Díaz «El Cordobés» ha hecho público en «¡Hola!» la demanda de paternidad que ha interpuesto a su padre.
–Sí, pero de ese tema no puedo decir más.
–Acláreme un aspecto. En su día ya se hizo las pruebas de ADN, ¿por qué hay que repetirlas?
–Es una prueba muy fuerte, muy válida, muy decisiva. Por decirlo de algún modo es la reina porque el porcentaje de probabilidad que da es muy alto, un 99,99%. No pueden refutarlo. Nosotros contratamos a un detective que toma una muestra del presunto padre de un sitio que sea legal (un pañuelo en este caso) y después la lleva a un laboratorio. En estos casos en los que se pide una repetición pueden dudar de que se haya manipulado, entonces el juez repite esta prueba ante un órgano neutro como el Instituto de Toxicología para evitar cualquier duda. El parecido es una prueba tan válida como el ADN en éste y en todos los casos. De ahí que presentemos fotos, así como testigos. De cualquier forma, el ADN es irrefutable, otra cosa es pedir que se repita para mayor garantía.
–¿Cuándo tendrá lugar el juicio? ¿Se baraja alguna fecha?
–No. Acaba de empezar el proceso. Ahora la parte contraria tiene que contestar a la demanda nuestra y después se hará la prueba del ADN oficialmente. Y una vez realizada ya se va a juicio, en el que se discute, aunque poco hay que discutir ante una prueba tan válida y con toda esa garantía. ¿Qué le vas a preguntar a los médicos? Recuerdo que una vez en un caso que para perder tiempo nos recurrieron, en el juicio el abogado de la parte contraria ya no sabía ni qué preguntar, y al final nos daba más la razón...
–No es el único caso. En el del nieto del empresario vasco José Arana falta que el Ayuntamiento de Eskoriatza le dé la herencia que le corresponde, ya que su abuelo lo donó al consistorio. ¿Tendrá que pedir un préstamo?
–Sí, porque el Ayuntamiento no posee esa cantidad. Sólo la valoración económica de los terrenos céntricos en San Sebastián que le corresponden a mi cliente, que tiene 88 años, es altísima. Si no me equivoco son trece o catorce millones de euros, porque en su día su abuelo que fue un empresario con mucho dinero y se pensaba que no tenía hijos, lo donó todo prácticamente al Ayuntamiento. Y ahora, tras más de 100 años, un juez le ha declarado su nieto.
–¿Por qué se dilata tanto en el tiempo el cobro de las herencias? Se lo pregunto porque hace tiempo que se falló.
–Sí, el juez dictó sentencia hace un año.
–¿Se podrían posponer más las negociaciones en el tiempo?
–En efecto, pero nosotros ya vamos a presentar la demanda y a pedir medidas digamos coercitivas y cautelares, que se anote un registro de la propiedad, la demanda que hay frente a esos terrenos. Entendemos que la parte contraria, al ser la Administración, llegará a un entendimiento con nosotros. Ahora es aplicar una regla matemática. Si es nieto, le corresponde el 66%, ya de cuestiones jurídicas poco hay que discutir.
–También ha llevado más casos de sangre azul, como quien dice. ¿Para cuándo será la exhumación del marido de la duquesa roja?
–Esperamos que tenga lugar entre febrero y marzo.
–¿Y por qué están saliendo ahora tantas demandas?
–Porque este método comparativo del ADN no existía hace 40 o 50 años. La gente tampoco sabía, se creía que los hijos bastardos fuera de matrimonio no tenían derecho a nada y poco a poco la gente se ha ido concienciando y mentalizando en que no es así. Y también porque muchos demandantes, por respeto a su madre o a su abuela, no lo hacían, ya que era violento sacar a la luz en un juicio que una mujer tuvo una relación con un casado o con un soltero que no aceptó la descendencia. Y las mujeres pasaban vergüenza.
–¿Lleva algún caso en el que la herencia no sea muy notoria?
–Alguno hay, pero la mayoría es de gente económicamente poderosa, porque esto tiene gastos. Realizar una prueba de ADN cuesta unos 800 o 900 euros, y el detective, que puede tener que desplazarse varios días fuera para hacer el seguimiento hasta encontrar algo que sirva, también cobra. A todo ello hay que sumar los honorarios del abogado, del procurador... Tiene un coste, por lo que si la herencia no es elevada realmente no merece tanto la pena.
–Y respecto a la cuantía, ¿recuerda cuál ha sido la herencia más abultada?
–Quizá la interpuesta contra el empresario Arana.
–Por curiosidad, ¿qué le hizo especializarse en este tipo de demandas?
–Considero que a la gente que menos tiene y sobre la que se ha hecho una injusticia hay que defenderla. No puede ser que se produzcan casos como el de Málaga, en el que mi cliente cuando tenía cinco o seis años, por no haber sido reconocida por su padre, se vio forzada a mendigar mientras él tenía mucho dinero y no le daba sus derechos.
–Pero ¿fue por algo concreto?
–No, gané dos casos muy seguidos en Sevilla y a partir de ahí empezaron a contactar conmigo.
–¿Cuál ha sido el que más le ha marcado?
–El de Juan March (el financiero mallorquín). Nos ponía muchas dificultades la parte contraria. La exhumación de March llevó siete horas. Y costó aquello 8.000 euros, que mi cliente, la pobre, no tenía y tuvo que recabar gracias a una suscripción popular del barrio. Porque March estaba en un mausoleo y hubo que levantar la lápida. Pero finalmente no se consiguió. Aunque bastante conseguimos con la exhumación, porque nos ponían recursos prácticamente todos los días.
–Me llama la atención que el caso que más le marcó fuese precisamente uno que no fuera hijo de quien decía ser. De todos los que lleva, ¿cuántos finalmente no son hijos de quien esperaban ser?
–El 90% sale que lo son de quien dicen ser, sólo un 10% sale que no, porque a lo mejor la madre tuvo relación con el poderoso pero también con su marido o con otro y finalmente el descendiente no era hijo del rico.
–Entiendo que hay padres o abuelos con hijos o nietos ilegítimos de todas las profesiones. ¿Hay alguna que destaque más que otra?
–Sí, llevo artistas, empresarios, agricultores, gente con comercios, así como varias demandas contra políticos, industriales... Pero la mayoría de denuncias interpuestas son contra empresarios.
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