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Suecia hace historia al convertirse en miembro de la OTAN tras 200 años de no alineamiento militar

El primer ministro, Ulf Krsitersson, viaja a Washington para entregar personalmente a Blinken los documentos de adhesión a la Alianza

Tras casi dos años de un accidentado proceso de adhesión, Suecia es ya miembro de pleno derecho de la OTAN y disfrutará del paraguas de seguridad de la Alianza Atlántica para enfrentar la amenaza rusa. El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, entregó este jueves los documentos de adhesión en una histórica ceremonia en el Departamento de Estado en Washington que pone fin a más de 200 años de no alineamiento militar del país nórdico.

La entrega tuvo lugar a las 17:25 (horario español), sólo unas horas después de que Hungría aprobara la membresía de Suecia, lo que significa que los 31 Estados miembros de la OTAN habían ratificado finalmente la adhesión de Suecia. «Las cosas buenas les llegan a quienes esperan, no hay mejor ejemplo que este», declaró el secretario de Estado, Antony Blinken, tras recibir los documentos, calificando la adhesión de Suecia como «un momento histórico».

Después de que Hungría depositara sus documentos de ratificación, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, invitó formalmente a Suecia a adherirse al Tratado del Atlántico Norte en una carta a Kristersson, mientras que la Casa Blanca daba la bienvenida a Suecia como miembro de la Alianza, escribiendo en una notificación de depósito que «las condiciones de entrada» ya se habían cumplido. «Permítanme aprovechar esta oportunidad para expresar mi satisfacción y la de todos los aliados de la OTAN por la próxima adhesión de Suecia a la Alianza Atlántica», escribió Stoltenberg en su perfil de X (antiguo Twitter).

Tras la invitación del secretario general, el Gobierno sueco celebró una reunión extraordinaria para decidir formalmente unirse a la OTAN. «Esto marca el comienzo de un nuevo capítulo en la historia del Reino de Suecia», afirmó la viceprimera ministra, Ebba Busch, en una conferencia de prensa en el Palacio Rosenbad, sede del Ejecutivo sueco en Estocolmo. «Entrar en la OTAN es un acontecimiento histórico de cierta magnitud, un hito para nuestro país. Esto también es un reconocimiento de dónde está el hogar de Suecia desde una perspectiva de seguridad. Pertenecemos a las democracias libres de Occidente», añadió.

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«Suecia está bien preparada para ser miembro de la OTAN», declaró, por su parte, el ministro de Defensa sueco, Pål Jonson. «Las fuerzas armadas y otras autoridades gubernamentales han dedicado grandes esfuerzos a preparar al país para ser miembro de la OTAN desde que solicitamos la membresía en 2022».

Suecia cuenta con una fuerza de unos 50.000 soldados (la mitad reservistas), una potente industria militar y la fuerza aérea más grande de los países nórdicos, con un centenar de cazas, además de la isla de Gotland, la mayor de todo el Báltico y de gran valor estratégico.

A última hora de la tarde, el primer ministro sueco dirigió un discurso televisado a la nación desde Washington. "Es un gran paso, pero, al mismo tiempo, un paso natural. La membresía significa que hemos vuelto a casa. Hogar de un gran número de democracias que trabajan juntas por la paz y la libertad. Hogar de la cooperación para la seguridad de nuestros propios países vecinos. Hogar del círculo de naciones al que pertenecemos desde hace mucho tiempo», afirmó.

En mensaje a los detractores a la adhesión a la organización militar, Kristersson insistió en que "la participación de soldados y marines suecos en misiones conjuntas de la OTAN es nuestra decisión. Y nosotros mismos decidimos cuándo solicitamos apoyo militar a la OTAN". "Se trata de una alianza de defensa solidaria", añadió el líder conservador.

El primer ministro sueco viajará el lunes al cuartel general de la OTAN en Bruselas para izar simbólicamente la bandera azul y amarilla de Suecia.

La decisión a la organización militar pone fin a un proceso prolongado, en el que primero Turquía y luego Hungría retrasaron sus ratificaciones de la adhesión de Suecia, lo que significa que el país escandinavo se convierte en miembro casi dos años después de haber solicitado formalmente junto a Finlandia unirse el 16 de mayo de 2022. La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 llevó a los dos países a llamar a las puertas de la OTAN en busca de seguridad, poniendo fin a una larga historia de no alineamiento militar. En el caso de Suecia desde la guerra sueco-noruega de 1814.

Rusia ha amenazado con «contramedidas» ante el ingreso de Suecia a la OTAN, especialmente si las tropas de la Alianza se despliegan en el país. Suecia y Finlandia, si bien ambas mantienen alianzas militares con EE UU y miembros de la UE, históricamente han evitado unirse oficialmente a la OTAN, formada en la Guerra Fría para hacer frente a la Unión Soviética.

Antes de oficializarse su integración, Suecia ya mantenía una estrecha cooperación con la Alianza Atlántica. Como ejemplo, el país nórdico contribuyó esta semana con 4.500 soldados a los ejercicios militares que los aliados llevan a cabo en Noruega, que simulan la respuesta de la OTAN a un ataque contra los países nórdicos. En las maniobras Nordic Response 2024 participan 20.000 soldados procedentes de 14 países.

En una entrevista con la televisión pública sueca SVT, la líder de la oposición, Magdalena Andersson, aseguró que ella y el Partido Socialdemócrata que dirige habían abandonado su rechazo a la membresía en la OTAN y habían solicitado la adhesión porque mejoraría la seguridad de Suecia. «Comencé este proceso porque lo consideré lo mejor para Suecia y la seguridad del pueblo sueco», declaró. «Hace que sea más fácil defender nuestra democracia, nuestra libertad y nuestra forma de vida», añadió Andersson.

El resto de socios de la OTAN dieron una calurosa bienvenida a su nuevo miembro. «Con Suecia y también Finlandia como parte de la alianza, la OTAN es ahora más fuerte que nunca», aseguró la primera ministra estonia, Kaja Kallas, en un vídeo publicado en X.