
Defensa común
Reino Unido y Francia se plantean crear una fuerza militar europea de "menos de 30.000 soldados"
El contingente militar tendría como objetivo evitar ataques rusos a ciudades, puertos e infraestructuras ucranianas en caso de un alto el fuego negociado por EEUU

El Reino Unido y los Estados Unidos siempre han priorizado su histórica “relación especial”, independientemente de la química personal -o falta de ella- que pudiera haber entre los inquilinos de Downing Street y la Casa Blanca. Pero Donald Trump no está poniendo las cosas fáciles al premier Keir Starmer.
Las negociaciones para poner fin al conflicto en Ucrania están creando una brecha cada vez mayor entre Europa y Washington. No solo existe el temor, por parte de los líderes del Viejo Continente, de que el presidente estadounidense negocie un acuerdo de alto el fuego favorable a Moscú, sino que consideran que las posibilidades de que Vladimir Putin cumpla con cualquier compromiso son escasas o nulas.
De ahí que el primer ministro británico haya propuesto desplegar una `fuerza de paz´ para proteger un eventual acuerdo de alto al fuego que involucraría a alrededor de 30.000 tropas desplegadas en sitios críticos de infraestructura nacional ucraniana.
Entre los objetivos, tal y como adelantaba ayer la prensa británica, estaría el de asegurar la reapertura segura del espacio aéreo de Ucrania a los vuelos comerciales y mantener la seguridad del comercio marítimo sobre el Mar Negro, crítico para las exportaciones de alimentos. Los servicios públicos de electricidad y otros servicios públicos de Ucrania han sido bombardeados repetidamente por Rusia durante una guerra que está a punto de cumplir los tres años, por lo que mantener su integridad también se considera prioridad para la recuperación del país.
No está claro si una fuerza relativamente pequeña en número sería apoyada por Ucrania, cuyo presidente, Volodymyr Zelenskyy, ha pedido la creación de una fuerza de disuasión de entre 100.000 y 150.000 efectivos. Rusia, por su parte, ha dicho públicamente que se opone a que cualquier país de la OTAN se despliegue en Ucrania en caso de que termine la guerra.
El plan europeo para mandar la `misión de paz´ necesitaría el compromiso de Washington para tener éxito. Trump ha descartado mandar tropas estadounidenses, pero podría proporcionar cobertura aérea para neutralizar misiles balísticos y otras amenazas, así como activos para inteligencia y vigilancia, capacidades de las que Europa carece. Las operaciones podrían tener su base en Polonia y Rumania. El reto es convencer al presidente estadounidense para que dé luz verde.
Y esta es la complicada misión que el premier británico tendrá la próxima semana cuando está previsto su viaje Washington. Starmer se postula ahora como puente entre Europa y Estados Unidos. Pero el presidente francés, Emmanuel Macron, también intenta hacer valer su posición de interlocutor directo. En caso de que Trump se reúna antes con el presidente galo, sería un gran jarro de agua fría para Downing Street y la histórica “relación especial”.
La propuesta del premier británico para enviar una `fuerza de paz´ para proteger a Ucrania fue discutida en la cumbre informal del pasado lunes en París organizada a contrarreloj en 24 horas por el Elíseo a la que Starmer fue invitado dejando claro que, pese al Brexit, el Reino Unido sigue jugando un papel clave en la defensa de Europa, donde Londres y París han tomado ahora un papel de liderazgo.
Pese a que para la cumbre informal se eligió un formato restringido a fin de sortear a miembros de la UE que están en la órbita del Kremlin, como Hungría o Eslovaquia, eso no bastó para disimular las discrepancias entre los aliados.
El plan, además de por Francia, es visto con buenos ojos por otros socios como Países Bajos o Suecia, pero que crea serias discrepancias en otros de la talla de Alemania, Polonia , Italia o España, que considera que aún es pronto para plantear esta cuestión.
La cumbre, alargada el martes de forma telemática al resto de europeos salvo a los que sintonizan con Putin, sí que apuntaló dos acuerdos básicos. Uno es la exigencia europea a formar parte de la mesa de negociaciones y el otro, el consenso de aumentar el gasto en Defensa con el objetivo de que Europa sea soberana en este terreno, algo que se considera inevitable incluso por los países que hasta ahora habían sido más reticentes.
Londres y París tendrían eso sí poco o ningún interés en colocar fuerzas europeas en el este de Ucrania, donde podrían ser atacadas en caso de provocaciones rusas, lo que refleja la política de estos tres años de guerra de garantizar que no se produjera una escalada hacia enfrentamientos entre la OTAN y Moscú.
Trump envió un cuestionario a los países europeos de la OTAN pidiéndoles que detallaran qué estarían dispuestos a ofrecer para hacer cumplir un acuerdo de paz, así como qué esperarían de Estados Unidos.
De los contactos de esta semana Macron puede llevar a Washington unas líneas generales, pero ni mucho menos un consenso. Washington, que ha insinuado que habrá concesiones territoriales al Kremlin incluso antes de empezar a negociar, ha dejado claro que quiere que Europa pague la factura de la reconstrucción de Ucrania y que según estimaciones del Banco Mundial podrían aproximarse a un mínimo de medio billón de euros en la próxima década.
Franz-Stefan Gady, analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos y del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, cree “poco probable que Rusia acepte una fuerza occidental fuerte con un mandato sólido en la línea de alto el fuego” y considera que una “fuerza tradicional de mantenimiento de la paz Naciones Unidas no proporcionaría suficiente disuasión”. Por lo tanto, el experto plantea una combinación de ambas como una posible solución. “Fuerzas de paz tradicionales, idealmente de países del sur global, podrían patrullar directamente una zona desmilitarizada a lo largo de la línea de alto el fuego; mientras una fuerza europea robusta de reacción rápida podría estacionarse en el interior de la Ucrania no ocupada”, explicaba en un reciente artículo publicado en Foreign Policy. “No habría tropas estadounidenses en Ucrania, y no estaría bajo la bandera de la OTAN, lo que potencialmente la haría más aceptable para Rusia”, añade.
✕
Accede a tu cuenta para comentar