Tensión entre Rusia y la OTAN

Qué hacer en caso de una guerra nuclear: los consejos de los países nórdicos ante una amenaza de Rusia

Ante la coyuntura actual, Suecia Finlandia y Noruega preparan a sus ciudadanos con recomendaciones como contar con tabletas de yodo y alimentos para 72 horas

Se ha extendido una suerte de fiebre en Europa por comprar yodo como método de prevención ante un escape nuclear por la guerra de Ucrania
Se ha extendido una suerte de fiebre en Europa por comprar yodo como método de prevención ante un escape nuclear por la guerra de UcraniaEfrem LukatskyAgencia AP

El contexto global es cada vez más inestable. Ahora, no solo se trata de los enfrentamientos en Oriente Medio o los 1.000 días de guerra entre Ucrania y Rusia, sino también de las tensiones, cada vez más palpables, entre Estados Unidos, los miembros de la OTAN y Rusia.Suecia y Finlandia, que recientemente se han unido a la alianza a pesar de las amenazas rusas, no han escatimado esfuerzos para alertar a sus ciudadanos y protegerlos ante posibles escenarios bélicos con su vecino.

Es de conocimiento público que Rusia posee un gran arsenal de armas, incluidas las nucleares. Esto no solo ha sido comunicado por el presidente Vladimir Putin, sino que en ciertas declaraciones se ha mostrado dispuesto a usarlas. Ahora, con Estados Unidos lanzando un aviso concreto sobre un ataque inminente a gran escala contra la capital ucraniana, lo que ha llevado al cierre de las embajadas de Estados Unidos y de España en Kiev, se ha reviviendo el pánico ante una posible escalada.

Dadas las circunstancias, los países nórdicos como Suecia, Finlandia y Noruega están tomando medidas concretas para preparar a sus ciudadanos ante la posibilidad de una guerra o crisis. Por ejemplo, a partir del pasado lunes, millones de suecos comenzaron a recibir una nueva edición del manual “En caso de crisis o guerra”, una guía que, desde la Segunda Guerra Mundial, ofrece recomendaciones para afrontar emergencias.

La iniciativa sueca no es aislada. Finlandia ha lanzado una guía digital con consejos prácticos para enfrentarse a incidentes y crisis, mientras que Noruega ha enviado 2.2 millones de copias impresas de un manual similar.

¿Qué hacer en caso de una guerra nuclear o conflicto bélico?

Los manuales de estos países ofrecen guías detalladas sobre qué hacer en situaciones de crisis, desde conflictos armados hasta apagones prolongados. Entre las recomendaciones se incluye la necesidad de contar con suministros básicos como alimentos de larga duración, agua potable, medicamentos esenciales, artículos de higiene, ropa adecuada y fuentes de energía alternativas.

Sin embargo, lo que más llama la atención de estos manuales son las indicaciones para protegerse de la radiación en caso de ataque nuclear. En primer lugar, sugieren que si se está al aire libre y se detecta una explosión nuclear, es necesario cubrirse rápidamente y buscar refugio en un sótano o en una estructura sólida, ya que las construcciones subterráneas aíslan mejor de la radiación. También indican que, después de buscar refugio, es indispensable retirarse la ropa que pudiera estar contaminada y tomar una ducha con agua y jabón.

Otro dato tanto curioso como esencial es el uso de tabletas de yodo en caso de accidentes nucleares. Las explosiones nucleares liberan isótopos radiactivos, incluido el yodo-131, un elemento altamente radiactivo. Cuando una persona está expuesta a este químico, que entra en el cuerpo principalmente al ser inhalado o ingerido, el organismo colapsa al no distinguir entre el yodo radiactivo y el yodo estable y entonces las glándula tiroides, que utiliza el yodo para producir hormonas, lo absorben dañando sus células.

Las pastillas de yoduro de potasio funcionan mediante un principio simple de saturación de la glándula tiroides, minimizando significativamente la cantidad de radiación absorbida por esta. Esto reduce el riesgo de efectos adversos, y por ello organismos como la OMS y la IAEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) incluyen el yoduro de potasio en sus protocolos de emergencia nuclear.

La electricidad haría la diferencia entre la vida y la muerte

En circunstancias de conflicto prolongado, planificar la supervivencia sin electricidad se convierte en una prioridad. Ante posibles cortes de luz que afecten servicios básicos, es fundamental contar con alternativas prácticas para la vida diaria. Almacenar combustible alternativo, como propano o queroseno, permite utilizar estufas portátiles y calentadores. También es esencial disponer de fuentes de iluminación como linternas de batería, lámparas de queroseno o incluso velas para afrontar la oscuridad en ausencia de suministro eléctrico.

En climas fríos, como los de los países nórdicos, mantener el calor sin calefacción puede ser un desafío crítico. La recomendación es guardar ropa térmica, mantas gruesas y sacos de dormir resistentes al frío extremo. Además, los generadores solares son una opción sostenible y efectiva para cargar dispositivos básicos, como teléfonos móviles o radios de emergencia, facilitando la comunicación y el acceso a información vital.