Elecciones en Portugal
Pedro Nuno Santos, el artífice de la «geringonça» que toma el relevo de António Costa al frente del Partido Socialista
El exministro de Infraestructuras, perseguido por el escándalo del TAP, arrasa en las primarias y será el candidato socialista a las elecciones legislativas del próximo 10 de marzo
Es oficial. Pedro Nuno Santos toma el relevo de António Costa como líder del Partido Socialista (PS) en Portugal. Será el rival a batir en las próximas elecciones legislativas del 10 de marzo, en las que medirá fuerzas con el líder del conservador Partido Social Demócrata (PSD), Luís Montenegro. El candidato del ala izquierda arrasó. Ganó en 18 de las 21 federaciones socialistas con el 62% de los votos por el 36% del centrista José Luís Carneiro, ministro de Administración Interna en el gabinete saliente de Costa. Carneiro apeló a la moderación y a tender puentes con el centroderecha, pero su discurso no caló en las bases. Nuno Santos, en cambio, supo medir el estado de ánimo de los socialistas, sacudidos por el terremoto político que provocó la dimisión de Costa.
El ganador tiene por delante el reto de unir el partido, por eso rechazó la división entre «radicales y moderados». En la campaña exprés para las primarias, catártica para los socialistas, Nuno Santos quiso tomar distancia con el ala izquierda de la formación presentándose como «nieto de zapatero e hijo de empresario», en absoluto hostil con el sector privado. «El país está dividido entre los que tienen convicciones y los que no las tienen. Yo no soy radical ni moderado, soy socialista, eso es un hecho», dijo. «Tengo convicciones».
Certificó así su ascenso meteórico en el seno de la formación. Líder de las Juventudes Socialistas entre 2004 y 2008, bajo el mando de José Sócrates; diputado por su Aveiro natal desde 2005; y vicepresidente del grupo parlamentario del PS hasta ser nombrado secretario de Estado de Asuntos Parlamentarios ya en la era Costa. Desde allí rompió el muro de separación que distanciaba a los socialistas de las formaciones a su izquierda en el arco parlamentario. Nuno Santos se descubrió como uno de los artífices de la «geringonça», el término –inicialmente peyorativo– acuñado por el conservador Paulo Portas para definir la que parecía una endeble alianza legislativa de izquierdas suscrita por el PS, el Bloque de Izquierda (BI) y la Coalición Democrática Unitaria (CDU), y la alianza electoral entre el Partido Comunista y el Partido Ecologista Los Verdes. Aquel «artilugio» resultó un éxito. Costa promocionó después a Nuno Santos como ministro de Infraestructuras, un cargo desde el que chocó en ocasiones con el primer ministro, a quien siempre quiso suceder al frente del PS.
Nunca ocultó sus ambiciones. Sin embargo, el nuevo secretario general de los socialistas dimitió hace un año como ministro de Infraestructuras por el escándalo de la aerolínea TAP, una mancha en su historial que a buen seguro le perseguirá en su carrera hacia el Palacio de São Bento. Alexandra Reis, administradora de una compañía estratégica rescatada de la quiebra por el Estado portugués por valor de 3.200 millones de euros, recibió una indemnización de medio millón de euros con su autorización. Poco tiempo después, Reis volvió a ser contratada en otro organismo público dependiente de la cartera de Nuno Santos y, finalmente, nombrada secretaria de Estado del Tesoro. No devolvió en ningún momento los 500.000 euros. «Tengo la garantía de mi trabajo. Los episodios forman parte de nuestra vida. Mi trabajo en TAP no fue una indemnización, fue salvar una empresa que habría cerrado si no hubiera sido intervenida», respondió Nuno Santos tras su victoria en las primarias.
Quedó desahuciado por el escándalo, pero su carrera política renació contra todo pronóstico en una comisión parlamentaria que investigaba su papel en el caso TAP. Volvió al ruedo, aunque decidió tomar distancia de la política institucional. Optó en su lugar por recalar en SIC Noticias como comentarista político estrella de la cadena. Pensaba seguir el método Marcelo Rebelo de Sousa: catapultarse de nuevo a la arena electoral desde los estudios de televisión, como hicieron en su día el hoy jefe de Estado y otros tantos líderes políticos.
La victoria de Nuno Santos cierra la era Costa, pero el aspirante a sucederle como primer ministro defendió su legado tras conocer los resultados de las primarias. Dijo estar «inmensamente orgulloso de haber estado con él desde el primer día hasta el último» y prometió mantener el rumbo de estos últimos ocho años. «Es obvio que queremos a Costa en la campaña, y a José Luís Carneiro», añadió. Desde la mítica sede de Largo do Rato, búnker lisboeta de los socialistas, Nuno Santos rememoró el legado de Mario Soares, histórico fundador del partido, que cumpliría 100 años en 2024.
Evitó revelar si buscará reeditar la «geringonça»: «No estamos en el momento de hacer un Gobierno en una rueda de prensa. Tenemos elecciones que ganar y después pensaremos en formar Gobierno y después pensaremos en las mejores personas para formar ese Gobierno». Dejó la puerta abierta a una fórmula de la que ha sido un firme defensor, aunque barrió para casa. Apuntó que la mejor ruta hacia la estabilidad pasa por un buen resultado de los socialistas.
Las primarias vinieron motivadas por la dimisión de Costa el pasado 7 de noviembre tras la implosión de la Operación Influencer. Costa, que abandonó todos sus cargos, sigue siendo objeto de una investigación del Ministerio Público en el Tribunal Supremo de Justicia. Nuno Santos dijo ser «consciente» de las dificultades que atraviesa su formación. El desgaste de los socialistas tiene su reflejo en las encuestas. Desde que António Costa se hiciera con una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional en las legislativas de 2022, varios ministros y decenas de secretarios de Estado fueron abandonando el Gobierno por sucesivos escándalos. En la lista figura precisamente el nombre de Pedro Nuno Santos.
En los últimos sondeos electorales, la extrema derecha de Chega aparece como tercera fuerza política con cerca del 11% en intención de voto. El 22% del electorado votaría al PS, que se mantiene como la primera fuerza. Mientras que el 18% lo haría por el PSD. No obstante, la primera encuesta de la Universidad Católica para RTP, Antena 1 y el diario Público de finales de noviembre situaba a los socialdemócratas al frente con una ligera ventaja sobre los socialistas, que cayeron 13 puntos a cuenta del terremoto político que provocó la dimisión de Costa. Pedro Nuno Santos coge el relevo con la enorme presión de mantener el poder.
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