Europa
La profecía que pronosticó la guerra en Ucrania y que sería el principio del apocalipsis
De cumplirse una predicción de la que se hablaba desde la Antigua Unión Soviética, Rusia y el mundo estarían condenados a la extinción
Muchos son los relatos religiosos que llegan hasta nuestros días y que hablan de profecías que, mayoritariamente, terminan cumpliéndose. Ahora, una de las predicciones que ha cobrado fuerza es la de la aparición de la Virgen de Fátima en el territorio que a día de hoy es Ucrania y que predijo una batalla entre esta nación y Rusia. Una profecía que también hablaba de un hipotético apocalipsis, cuyo origen tendría lugar tras comenzar el conflicto.
En la madrugada del 24 de febrero, Rusia invadió Ucrania. Las tropas rusas entraron en el territorio, y tras varios días de guerra, han conseguido tomar ciudades y centrales nucleares en su objetivo de “desmilitarizar” el país, en una “operación militar especial” que trata de una agresión aprobada por el líder ruso, Vladimir Putin. Aunque el territorio lleva en guerra desde 2014, lo cierto es que es a día de hoy cuando se ha intensificado y está más cerca de transformarse en una crisis a gran escala.
En relación con la profecía, se informó que la Virgen María había hecho su aparición en Grúshevo, una localidad ucraniana, coincidiendo con la primera conmemoración del desastre de Chernóbil. La información llegó al santo pontífice, Juan Pablo II, que mandó a El Vaticano a investigar para comprobar si fue cierto. Y pudieron ver que varios niños afirmaron que se les había aparecido. Según sus testimonios, la Virgen había pedido que Rusia se consagrara a su Inmaculado Corazón y subrayaba que esa sería la única forma de que se alcanzara la paz duradera.
En la Antigua Unión Soviética, la religión estaba restringida, tanto en su práctica como en la divulgación de la creencia. Pero la Virgen se había aparecido a los niños el día 13 de cada mes, y en el tercer mes, les encargó que transmitieran sus preocupaciones a la humanidad, causadas por la impiedad y la desmoralización, y si no se arrepentían, tendría lugar un terrible castigo.
“Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre, junto con todos los obispos del mundo, que consagre a Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo así salvarla”. Si el país se convierte, habrá paz, y si no, extenderá sus errores por todo el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Santa Iglesia. “Como resultado, el Santo Padre sufrirá y muchas naciones serán destruidas”, decía la profecía.
Sus peticiones, en aquel entonces, fueron ignoradas por el entonces Papa Pío XI, más tarde Pío XII, y Juan Pablo II, aunque este último empezó a interesarse después de que la coincidencia de las apariciones y un intento de atentado contra él.
Así, en 1982, Juan Pablo II dijo: “Si aceptan mis exigencias, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no, ella difundirá sus enseñanzas erróneas por todo el mundo”. Y dos años más tarde, habría encomendado el mundo a Rusia a María. Hasta el año 2000, Juan Pablo II no reveló el secreto que había salvado al mundo. El mensaje dirigido a los pueblos del mundo era el siguiente: “El ángel con la espada de fuego que está a la izquierda de la Virgen recuerda imágenes similares del Apocalipsis. Representa la amenaza del juicio que se cierne sobre el mundo. La idea de que el mundo pueda arder en un mar de fuego ya no parece un producto de la imaginación: el hombre mismo, con sus invenciones, ha preparado para sí una espada de fuego”.
Así, aseveraba que Rusia debía permanecer junto a María de ahí en adelante. Los rusos podrían tener conflictos tanto internos como con otros países, pero si no se intensificaban, María seguiría considerando que Rusia continuaría estando con ella. Pero si esos conflictos fueran más serios, desembocando en crisis similares a los eventos pasados (Guerra Fría, Segunda Guerra Mundial...), Rusia dejaría de estar junto a María, y el mundo ardería en un mar de fuego. “El Santo Padre sufrirá y muchas naciones serán destruidas”.
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