En Alemania, un país que casi ochenta años después de la Segunda Guerra Mundial sigue cargando en su espalda el duro legado de su pasado histórico, la ultraderecha fue la segunda opción más votada en las elecciones al Parlamento Europeo superando incluso a los tres partidos que gobiernan en coalición. A pesar de una caótica campaña electoral y los escándalos de los principales candidato, Alternativa para Alemania (AfD) consiguió el 16% de los votos, lo que incluso sorprendió al mismo grupo pero sobre todo a una sociedad que ha visto atónita como este partido, lejos de decrecer hostigado por los férreos movimientos que se aglutinan en su contra, ha ido liderando más espacio, primero en el Bundestag y ahora en el mismo corazón de Europa.

La victoria de los ultras ha desplazado a una segunda línea la victoria de la Unión formada por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU), que se ha alzado con el 23,7% de las papeletas. En las elecciones de 2019, obtuvieron el 28,9%. Los mayores perdedores fueron los partidos de la coalición. El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) del canciller Olaf Scholz se quedó en el 13,9%, casi dos puntos por debajo de las pasadas europeas, mientras que Los Verdes cayeron hasta el 11,9% y los liberales del FDF a un 5%. La Alianza Sarah Wagenknecht (BSW) logró un 6,1%. Un buen dato tratándose de las primeras elecciones en las que participa y que relega al partido de izquierda Die Linke a un escaso 2,7%.

«La segunda fuerza más poderosa: ¡hemos logrado un gran resultado!», exclamó Alice Weidel, líder de la AfD. La celebración junto con la sorpresa y alivio fueron los protagonistas en la sede donde los líderes del partido ultra aguardaron los resultados y donde no se izaron banderas europeas. Todos esperaban un resultado peor debido a los escándalos en las últimas semanas. Maximilian Krah, número uno en la lista electoral de esta formación, lanzó provocaciones, declaraciones misóginas e insultos extremos durante la campaña y uno de sus asistentes fue arrestado ante la sospecha de colaborar con los servicios secretos chinos. El otro candidato, Peter Bystron, fue interrogado por la policía ante la sospecha de blanqueo de dinero y sobornos relacionados con donaciones de círculos prorrusos. Incluso se dice que Bystron escondió dinero en efectivo y lingotes de oro en su oficina del Bundestag antes del registro. Escándalos que sin embargo no influyeron en la intención de voto de muchos alemanes. Lo que sucederá con ellos no está claro por el momento. ¿Formarán parte de la delegación en Bruselas? Weidel aseguró que el partido tomará el lunes una decisión.

La Unión conservadora aprovechó el éxito electoral para criticar duramente al canciller. «Las cosas no pueden seguir así», afirmó el líder de la CDU Friedrich Merz que añadió que «el resultado debe dar al Gobierno federal algo en qué pensar, es necesario un cambio de política en Alemania». En la misma línea, Manfred Weber, el principal candidato del CSU para las elecciones europeas, se mostró satisfecho en Múnich con el buen resultado de su partido y asimismo consideró el resultado como un claro voto en contra del Gobierno federal. «Los ciudadanos han rechazado la coalición» agregó y dio al Gobierno «una vida media de un año como máximo».

Caras largas en la Casa Willy Brandt, la sede del SPD. A pesar del débil resultado de 2019, la situación empeoró. «Este es un resultado amargo», afirmó el secretario general Kevin Kühnert que dejó abierta la cuestión de si habrá consecuencias personales, aunque rechazó cualquier discusión sobre el canciller Olaf Scholz. El SPD, los Verdes y el FDP están negociando actualmente el presupuesto para 2025. Hay desacuerdos sobre la futura dirección política: mientras que el FDP quiere mantener el freno de la deuda y ha fijado objetivos de austeridad para los ministerios, los otros dos partidos están en contra de esas medidas. El Gabinete federal tiene previsto presentar el 3 de julio el proyecto de presupuesto.

En el caso de Los Verdes, la líder del partido, Ricarda Lang, se mostró crítica con los resultados. «Ese no es el reclamo con el que llegamos a estas elecciones y trabajaremos juntos para superarlo», aseguró. El nuevo partido Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) obtuvo un buen resultado, especialmente en Alemania del Este. «Es fantástico», afirmó Wagenknecht que aprovechó una entrevista con la cadena pública ARD para criticar la «migración incontrolada», que está abrumando el mercado inmobiliario alemán. «Son principalmente los más pobres los que más sufren», afirmó y eso «no es de derechas», añadió.