Ecuador y un cáncer llamado narcotráfico

 Ecuador vive un infierno durante estas horas. Su presidente, el joven de derechas, Daniel Noboa, se vio en la obligación de decretar el estado de excepción producto del huracán delictivo desatado días atrás en su país. ¿Qué hay detrás de este conflicto armado? Sobre todo, el narcotráfico. Este es realmente el factor más importante que desprende la multiplicación de bandas criminales en el país andino.

Las imágenes de violencia invitan a pensar que el Ecuador se encuentra merodeando un precipicio que le enfrenta con un Estado fallido. Un sistema que se ve superado por el crimen. Un sistema que no puede darle respuesta a un problema superior porque resulta un problema regional, no solo doméstico. Al Ecuador han llegado los tentáculos de los carteles mexicanos y colombianos. Adicionalmente, ha llegado una inmigración -desde hace 15 años- totalmente descontrolada.

Ecuador vive lo que padeció Colombia en los años ochenta y México en los años noventa: el auge del narcotráfico, con algunos cuerpos de seguridad y políticos involucrados. Hoy, la realidad en ambos países -con sus diferencias en épocas y espacios- resulta compleja por la convivencia precisamente con dicho sistema criminal. Erradicarlo ha sido prácticamente imposible. Por desgracia, la paz se ha conquistado, sobre todo, cuando se les deja operar.

Ecuador y su gobierno están a tiempo de evitar la normalización del narcotráfico. El momento de extraer de raíz el tumor es ahora; de lo contrario, las células malignas irán tomando fuerza y el cuerpo del estado se irá -por desgracia- acostumbrando a su actuación. En este contexto, Noboa tiene uno de los mayores retos en la historia de su país. Lo que haga o deje hacer hoy repercutirá en las décadas venideras.

*Socio director y fundador de Thinko Consulting, amotta@thinkoconsulting.com