Testimonio

“Los rusos atacan a civiles como estrategia de terror para desmoralizar a la población”

Alexandra Kovalyova huyó de Kiev a la ciudad occidental de Leópolis. Cree que Putin no podrá derrotar rápidamente a Ucrania: “Hay muchas cosas que no podemos perdonar a los rusos”, afirma

Para Alexandra Kovalyova la guerra comenzó en el año 2014, con la invasión rusa de la península de Crimea. “Nací allí y allí he vivido la mayor parte de mi vida, en la ciudad de Simferopol”, asegura a LA RAZÓN. La anexión rusa del territorio ucraniano puso contra las cuerdas a su familia, cada vez más incómoda bajo el nuevo gobierno puesto por el Kremlin. Su hermano se vio forzado a irse de Crimea cuando “se negó a aceptar la ciudadanía obligatoria rusa que imponían las nuevas autoridades”.

Alexandra también hizo la maleta hace unos días para salir rápidamente de Kiev cuando estalló la guerra. Tomó uno de los pocos taxis que entonces estaban operativos en la capital y se marchó a la ciudad de Leópolis, al oeste de Ucrania, donde tiene familiares y donde han sido trasladados muchos diplomáticos de la embajada de Estados Unidos.

En una conversación con LA RAZÓN, esta experta en política exterior latinoamericana asegura que “las tropas rusas están atacando no solamente objetivos militares sino civiles en todo el territorio de Ucrania. Ahora ya es obvio que no son fallos ocasionales sino una estrategia de terror con el objetivo de desmoralizar a la población civil”.

Hasta ahora, las fuerzas armadas rusas han intentado tomar el control de infraestructuras sensibles, como centrales eléctricas, aeropuertos civiles y presas. “El sábado por la noche el ejército ucraniano derribó un misil dirigido a la presa del río Dnipro en Kiev. Si esta presa se rompe la mayor parte de Kiev quedará inundada y también habrá una alta probabilidad de derrumbamiento del resto de presas del Dnipro y, por tanto, la inundación de la mayor parte del territorio de Ucrania”, denuncia Alexandra.

La información que maneja es que “los invasores rusos también están disparando misiles de crucero en zonas urbanas con viviendas y bombardean edificios residenciales” en ciudades como Kiev, Jarkov, Mariupol, Schastya, en Chuguyiv y otras. “También atacan localidades pequeñas, incluso aunque no tengan infraestructura militar ni siquiera civil estratégica, como sucedió con el pueblo de Sartana, cerca de la ciudad de Mariupol”.

Alexandra explica que hace unos días fue atacado el Kiev el hospital principal infantil Okhmadit, donde un niño murió y otros dos quedaron heridos. El domingo, en la región de Sumy, unos tanques rusos dispararon un autobús urbano con civiles dentro. “Todos estos casos junto a otros numerosos son documentados detalladamente y han sido añadidos a la demanda contra Rusia frente al Tribunal de la Haya”, añade.

Para ella no existe duda alguna de cuál es el objetivo principal de la agresión rusa: “No es solo la ocupación del territorio ucraniano sino la ocupación de todos los países que considera que pertenecen a la esfera del imperio ruso soviético. Con esto se entienden todas las ex repúblicas soviéticas y países integrantes del Bloque del Este, pero también otros países europeos”.

La semana pasada el gobierno de Rusia amenazó con una “intervención militar” a Finlandia y Suecia si se unen a la OTAN en algún momento, y a Bulgaria y Rumania si la Alianza Atlántica no retira sus tropas de estos países. «Todo ésto aparece dentro de su idea de construcción del Mundo Ruso -Pax Russica- que abarca no solamente a todos países eslavos sino también a aquello donde hay gente que habla ruso. Como dijo Putin en 2016 durante la ceremonia de de entrega de premios de alumnos escolares: Rusia no tiene fronteras”.

Pese a las advertencias de la OTAN y del gobierno de Estados Unidos ante una inminente invasión rusa, “los ucranianos no estaban preparados para una agresión a gran escala”, afirma Alexandra. “Sin embargo, ahora la gente está muy unida combatiendo a los ocupantes rusos. Es verdad que muchas personas, principalmente mujeres con sus hijos, intentan dejar Ucrania y huir a los países vecinos, pero la mayoría se quedó en Ucrania para defender a su patria». Muchos de amigos y conocidos de Alexandra se han unido en los últimos meses a las tropas de defensa territorial: “Uno de ellos lo ha hecho junto a su esposa. Desde 2014 hay muchas mujeres en el ejército, en la policía y en las tropas territoriales”.

Alexandra tiene miedo por la guerra, pero también por lo que podría venir tras una hipotética victoria de Putin sobre Ucrania. “Personalmente puedo ser considerada como agente de OTAN o de CIA porque soy la presidenta interina y primera vicepresidenta de la subdivisión nacional del Internacional Ambassador Club, una organización a la que los rusos acusan de ser una tapadera para los servicios de inteligencia de OTAN”. Lo peor de todo está por venir, explica. “Sé que a va ser una guerra terrible, como mínimo una guerra de guerrillas, Putin jamás puede conquistar rápido esta tierra, nuestra gente no van a darse por vencidos fácilmente”.

Muchos ucranianos, dice, tienen historias desgarradoras grabadas a fuego en su ADN. Cita la gran tragedia del Holodomor, la hambruna artificial ordenada por Stalin sobre Ucrania en 1932 que causó millones de muertos. “Hay muchas cosas que no podemos perdonar a los rusos. Mataron a 10 millones de ucranianos en dos años (1932-1933) y expropiaron a la gente todo lo que tenían. Todas las familias perdieron a alguien en aquella tragedia, incluida la mía”.