Violencia policial
Los otros George Floyd, cuyas muertes no siempre recibieron justicia en EE UU
Desde LA RAZÓN repasamos los crímenes más recientes contra ciudadanos negros a manos de policías en Estados Unidos
La violencia policial contra ciudadanos negros como George Floyd no es algo nuevo en Estados Unidos. La muerte del afroamericano a finales de mayo pasado desencadenó la mayor ola de protestas y disturbios raciales en décadas en EE UU, después de que se hicieran virales los vídeos de transeúntes que grabaron cómo el expolicía Derek Chauvin presionó su rodilla sobre el cuello de la víctima, que se quejó varias veces de que no podía respirar.
Con motivo de la condena de ayer a Chauvin, declarado culpable de todos los cargos por la muerte de Floyd, desde LA RAZÓN repasamos los crímenes más recientes de policías contra ciudadanos negros, siendo las balas la principal causa de muerte de las personas negras. Pese a ello, las declaraciones de inocencia de los responsables pesan más que las condenas.
Ma’Khia Bryant, de 16 años, el caso más reciente
La Policía de Columbus, en Ohio, mató este martes a tiros a una adolescente negra. Según las fuerzas de seguridad, la joven había amenazado a otras dos con un cuchillo. El suceso, que ha provocado que decenas de personas salgan a la calle en protesta, se produjo poco antes de que se conociera la sentencia del juicio por la muerte de George Floyd.
Las imágenes tomadas por las cámaras corporales de la policía muestran un altercado con un grupo de personas afuera de una casa, antes de que una de ellas, presuntamente Bryant, ataque a otras con un cuchillo.
Daunte Wright y un error con el arma
Una de esas víctimas es el afroamericano Daunte Wright, de 20 años, que murió el domingo 11 a por los disparos de la Policía en Mineápolis. Una agente mató a tiros a Wright durante un control de tráfico en un suburbio de Minneapolis. Según dijo después, tenía la intención de usar una pistola eléctrica conocida como “taser” para inmovilizar a Wright, pero se confundió y disparó con su arma de fuego una bala que acabó con la vida del hombre.
Miles Jackson, registro controvertido en un hospital
El jueves pasado, un hombre negro murió este jueves por los disparos de la Policía en el hospital de Mount Carmel St. Ann en Westerville (Ohio). El vídeo de su muerte, capturado por las cámaras que los oficiales portan en el uniforme, desencadenó la enésima ola de controversia. Jackson fue conducido por los propios agentes al hospital. Una vez allí le pidieron que se pusiera de pie para poder registrarlo.
A sus palabras le siguió un forcejeo, que terminó con uno de los policías usando repetidamente su pistola Taser sobre el Jackson. Segundos más tarde, un segundo oficial abrió fuego con su pistola. La investigación está en manos de la Fiscalía y del FBI, mientras los agentes involucrados han sido temporalmente apartados del servicio.
Adam Toledo, el niño de 13 años que murió con las manos en alto
La violencia policial no afecta solo a los afroamericanos. Otro grupo recientemente impactado han sido los latinos, después de que el adolescente Adam Toledo muriera de un disparo el pasado 29 de marzo pese a tener sus manos vacías en alto en el momento del impacto de una bala, según un vídeo publicado recientemente por el Departamento de Policía de Chicago.
Daniel Prude murió tras ser reducido en el suelo
Otro hombre afromericano, Daniel Prude, de 41 años, falleció después de que agentes de la policía de Rochester, en Nueva York, le detuvieran, le cubrieran su cabeza con una capucha y le presionaran el rostro contra el pavimento durante dos minutos.
El hecho se produjo el pasado 23 de marzo, pero no se hizo publico hasta el pasado mes de septiembre por su familia, que ha presentado varios vídeos del suceso en lo que parece un nuevo acto de violencia policial.
Jacob Blake, el afroamericano que se quedó parapléjico
El caso de Jacob Blake, abatido el pasado mes de agosto en Kenosha (Wisconsin), ilustra de forma clara la magnitud de la tragedia negra en Estados Unidos. Un policía blanco le pegó siete tiros por la espalda y a quemarropa, con tres de sus seis hijos como testigos. Sobrevive, sí, pero “solo otro milagro”, dice la familia, pero desafortunadamente se quedó parapléjico.
El policía que disparó a Blake no será acusado de cargo alguno, según informó en enero la Fiscalía del distrito de Kenosha. De este modo, el agente de policía que disparó al afroamericano, Rusten Sheskey, quedó libre.
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