Finlandia
Sanna Marin, el faro del norte que ilumina la igualdad real
Finlandia vuelve a ser pionera mundial del poder femenino con un Gobierno liderado por cuatro mujeres menores de 35 años
Desde hace una semana, la finlandesa Sanna Marin suscita la atención de los medios de comunicación internacionales por haberse convertido con 34 años en la primera ministra más joven del mundo, por delante del jefe de Gobierno ucraniano, Oleksiy Honcharuk, que tiene 35 años. Sin embargo, este récord puede durarle poco, ya que el austriaco Sebastian Kurz, diez meses menor y que llegó a la Cancillería en 2017 con 31 años, ultima las negociaciones para formar una coalición y volver al poder.
Marin es, sobre todo, un ejemplo de la igualdad de género en Finlandia, un país pionero en esta lucha. Fue el primer país europeo que introdujo el sufragio femenino en 1906 y el primero del mundo en permitir que las mujeres pudieran presentar su candidatura a cargos públicos.
La dirigente socialdemócrata encabeza un Gobierno compuesto de doce ministras y siete ministros. Además, cuatro de los cinco partidos de la coalición de centro izquierda son liderados en estos momentos por mujeres, cuatro de ellas menores de 35 años. Li Andersson (32) dirige la Alianza de la Izquierda, Maria Ohisalo (34) la Liga Verde, el Partido del Centro tiene como cabeza visible a Katri Kulmuni (32), que cambia la cartera de Asuntos Económicos por la de Finanzas, y el Partido Popular Sueco de Anna-Maja Henriksson de 55 años.
Al frente de los socialdemócratas del SDP se mantiene el ex primer ministro Antti Rinne, obligado a dimitir hace dos semanas por la huelga de la empresa de correos (Posti), pero Marin ya ha anunciado que luchará por la presidencia en el congreso extraordinario de abril.
Marin, la tercera «premier» de la historia del país nórdico, sin embargo quita importancia a su juventud o a su sexo. «Nunca he pensado en mi edad o mi género, solo en las razones que me llevaron a la política y los motivos por los que nos hemos ganado la confianza de los electores», aseguró en declaraciones a la agencia France Presse. En cambio, Marin, que ocupaba hasta ahora la cartera de Transportes y Comunicación, recuerda que hay «mucho trabajo por delante para recuperar la confianza perdida». En una velada alusión a que la formación ultraderechista Verdaderos Finlandeses (VF), que en abril se quedó a solo dos décimas de arrebatar la victoria electoral a los socialdemócratas, encabeza hoy los sondeos y la oposición.
Hija de una madre soltera y criada por dos mujeres, Marin ha mostrado su orgullo por proceder de «una familia arcoíris», aunque también ha lamentado haberse sentido «discriminada» por la relación de sus madres. De ahí que Marin sea una firme defensora de los derechos de la comunidad LGTBI. «Soy de una familia homoparental y eso sin duda me ha condicionado para que la igualdad, la paridad y los derechos humanos sean muy importantes para mí», explica.
La flamante primera ministra finlandesa es un ejemplo de mujer hecha a sí misma, pues fue la primera de toda su familia en ir a la universidad. Tiene una hija, Emma, que cumple dos años en enero con el también político Markus Räikkönen.
Con un máster en Ciencias Administrativas, Marin empezó su carrera política en el año 2013 como presidenta del Consejo Municipal de Tampere, la tercera mayor ciudad de Finlandia, y en 2015 consiguió por primera vez un escaño en el Eduskunta (Parlamento). Desde 2014 es vicepresidenta del SDP, aunque el pasado invierno ocupó temporalmente la presidencia –con lo que pasó a ser también la líder de la oposición– sustituyendo a Antti Rinne durante una baja por enfermedad del ex líder sindicalista.
La vicepresidenta socialdemócrata reconoce que la lucha conra el cambio climático fue uno de los motivos que le empujó a entrar en política. En opinión de Marin, «la generación anterior no le estaba prestando demasiada importancia» a una de las dos prioridades del Gobierno. La otra pasa por trabajar para preservar el Estado del Bienestar tras las políticas de austeridad del anterior Gobierno de derechas. La exultante juventud de Marin contrasta con un país que lucha contra su rápido envejecimiento.
Incluso la oposición se rinde a la elección de Rinne. Para el líder del conservadora Partido de la Coalición Nacional, Petteri Orpo, nos encontramos ante «un día histórico: el mundo tiene la primera ministra en funciones más joven y Finlandia tiene un Gobierno en el que todos los líderes de partido son mujeres. Es sorprendente que esto sea posible».
Pese a las alabanzas, Marin rechaza rotundamente ser vista como un ejemplo para imitar. «No me considero un modelo a seguir. Podría serlo para algunas personas, pero todos somos solo humanos. Los asuntos importan, no la gente que está detrás de los asuntos en los que estamos trabajando. Creo que todos importamos», sostiene en una entrevista con la agencia Reuters. En cambio, la líder finlandesa es más partidaria de unir fuerzas, del todos para uno y uno para todos en la Unión Europea, cuya presidencia semestral ostenta Helsinki hasta el 31 de diciembre: «Somos más fuertes juntos». «Ninguno de nosotros podemos encontrar las soluciones solos, así que creo que si tenemos una plataforma, tenemos que usarla», abogó Marin.
Las mujeres gobiernan Escandinavia
Finlandia se suma así a una región nórdica donde todos los países menos Suecia cuentan con una mujer al frente del Gobierno. Como Marin, la socialdemócrata danesa Mette Frederiksen llegó al poder tras vencer en las elecciones de junio. En Noruega, gobierna la conservadora Erna Solberg desde 2013 y en Islandia la ecologista Katrin Jakobsdottir preside un Gobierno de centro de izquierda desde 2017. En Finlandia, la socialdemócrata Tarja Halonen fue la primera mujer en llegar a la jefatura de Estado en 2000 y ser reelegida para un segundo mandato en 2006. El país nórdico llegó incluo a estar gobernada entre 2010 y 2011 por dos mujeres: Halonen como presidenta y la centrista Mari Kiviniemi como jefa de Gobierno.
Sin embargo, estos avances en la igualdad real entre hombres y mujeres no parecen ser bien vistos por los sectores más ulraconservadores y machistas. Un comentario despectivo del ministro estonio del Interior, Mart Helme, sobre la nueva primera ministra de Finlandia causó este lunes una crisis entre los dos países que obligó a disculparse al presidente estonio, Kersti Kaljulaid, ante su homólogo finlandés, Sauli Ninistö, informa Efe. Helme declaró el domingo que “lo sucedido recientemente en Finlandia le pone a uno los pelos de punta”. La formación del nuevo Gobierno de coalición finlandés “es una muestra de los esfuerzos de la izquierda por destruir al país desde dentro”, dijo el ministro estonio, miembro del y anti inmigración Partido Conservador Popular de Estonia (EKRE).
El ministro estonio de Asuntos Exteriores, Urmas Reinsalu, declaró a medios locales que “habría sido mejor que Helme no hubiera hecho esas declaraciones sobre la nueva primera ministra finlandesa” y que los comentarios, “especialmente los de tipo personal, son inapropiados”.
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