Fútbol
El Madrid no puede con Riazor
El Real Madrid se rebeló contra su destino el año pasado en Riazor, pero el hechizo del taconazo de Guti no ha durado demasiado. Los blancos volvían ayer a un estadio maldito para ellos y el resultado fue otra vez negativo. Un empate que les devuelve a siete puntos del Barcelona.
Mourinho dejó que sus jugadores cocinasen el partido a fuego lento en la primera hora, y que lo ganasen a toda velocidad en el tramo final. El Deportivo mantuvo el orden casi siempre y cuando se vio superado apareció su portero o la madera para frenar al Madrid.
El grupo de Lotina se defiende con una pulcritud envidiable. Su técnico sabe que para la supervivencia de un equipo con los recursos limitados es una condición imprescindible, y tiene muy trabajado este aspecto del juego. Los gallegos se empeñan en ocupar lo mejor posible cada rincón del mapa, y mantener la posición y la concentración es el primero de sus mandamientos.
Los blancos se encontraron con el Dépor más ordenado, el peor paisaje para la ya famosa rehabilitación de Kaká. Mourinho dio al brasileño una nueva oportunidad como titular y las sensaciones siguen sin ser las que Florentino Pérez desearía. Es verdad que se asoció con acierto en algún momento, pero todavía se le ve desenfocado. Se mostró impreciso en el control, empeñado en la conducción y apresurado en el remate, como le sucedió al finalizar la mejor jugada de su equipo en el primer periodo con un disparo muy desviado. La triangulación rápida era la única forma de abrir espacios en la defensa gallega. Sólo al primer toque se movía el árbol enemigo, que no pasó demasiados apuros antes del descanso, aunque es muy cierto que Cristiano estuvo cerca del gol en alguna llegada.
El portugués fue el delantero madridista que más claro tuvo su zona de juego: la izquierda. Porque Kaká, Benzema y Özil intercambiaban sus posiciones en busca de un resquicio. El dominio general era blanco, pero esto no era una noticia que no se supiese ya antes del partido.
El plan del Dépor incluía a Sand, un argentino con muchos kilómetros en sus piernas, como jugador más adelantado, encargado de rematar lo poco que le cayese cerca. Su protagonismo se redujo a incomodar a Pepe y Carvalho, muy seguros durante toda la noche. Casillas ni siquiera tuvo que esforzarse. El tiempo corría en contra del Madrid, y Mourinho, entre discusión y discusión con el cuarto árbitro, decidió que era el momento de arriesgar con tres cambios ultraofensivos.
A falta de media hora sacó del campo a Lass y a Kaká, que ahora no está para los momentos importantes, para meter a Di María y Adebayor. Se dio cuenta de que no había mucho que contener en el centro del campo y bastaba con Xabi Alonso. No le gustó del todo el nuevo panorama, así que su siguiente movimiento fue dejar sólo tres defensas para concederle un hueco en la elaboración a Granero. Arriesgó para ganar y estuvo cerca, pero no encontró el premio. Con el nuevo esquema blanco el Dépor tenía más aire arriba, aunque sus intentos sólo resultaron ser fuegos artificiales antes de la traca final.
El Madrid desató entonces el huracán, aunque no con la claridad de arrebatos anteriores. Algo apresurado por momentos, se las apañó para abrumar a Aranzubia y sumar todas estas ocasiones sin respiro: un disparo al palo de Cristiano, otro de Adebayor, un chut cruzado de Di María, un lanzamiento de falta de Ronaldo y un remate torpe de Benzema.
Todos estos méritos hizo el Real Madrid en el último cuarto de hora frenético en el que le faltó puntería y le sobró la inspiración de Aranzubia.
El técnico madridista volvió a quejarse por jugar en sábado
Jose Mourinho, técnico del Real Madrid, mostró su malestar por jugar el sábado por la noche y dijo al final del partido que su equipo mereció la victoria: «Hizo todo el fútbol para ganar, pero se llevó el premio el esfuerzo del otro equipo», aseguró.«Sólo un equipo podía ganar, el nuestro. Sin embargo fue penalizado el que puso el fútbol», afirmó el técnico luso. «Lo justo hubiera sido un 1-0, más goles no, pero sí ganar por uno con el tiro al palo. Sin embargo no la hemos metido en la portería», resumió Mourinho, quien de nuevo protestó por el calendario, que le obligó a jugar el sábado a última hora, en lugar de el domingo. «Volvemos a la historia de siempre, al calendario, después jugar en Europa, lo normal es jugar en domingo. Pero la gente se ríe de mí a nuestras espaldas. Si analizamos las fechas desde inicio de temporada, lo puedo demostrar», dijo Mourinho, enfadado por no tener más descanso tras su partido europeo ante el Lyon. Respecto a la Liga admitió que es difícil, aunque no se rendirán: «Siete puntos son muchos, pero vamos a continuar». Jorge Valdano, afirmó que «estamos saliendo a dos palos por partido con la entrega que es habitual, pero no encontramos el gol».
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