Nueva York
Gabrielle Giffords vuelve a sonreír ante las cámaras
Si una imagen vale más que mil palabras, este fin de semana hemos visto publicadas en los periódicos «Arizona Republic», «Arizona Daily Star» y su página de Facebook los dos primeros retratos de la congresista Gabrielle Giffords tras ser disparada en la cabeza el pasado enero en un atentado que dejó otros doce heridos y seis muertos, incluyendo una niña de nueve años en Tucson (Arizona).
Las fotos son el mejor testimonio de que la lucha de la dirigente demócrata sigue adelante, a pesar de que todavía no puede enunciar frases elaboradas. Sus pequeñas conversaciones se limitan a contestar que está bien, pedir su comida favorita y tararear sus canciones preferidas.
La congresista, fotografiada el 17 de mayo por un amigo y antiguo editor del «Tucson Citizen», P. K. Weiss, aparece con el pelo más corto y oscuro.
Los que la conocen admiten que en estas fotografías ven a la «Gabby» de siempre a pesar de estos cambios en su imagen. Se aprecian la cicatriz de la traqueotomía, otra en la frente, el ojo izquierdo más pequeño y la hendidura en la parte de la cabeza donde fue disparada. En otra imagen aparece con su madre, Gloria, que la acompaña en el centro médico de Houston donde sigue el proceso de rehabilitación. Pero, sobre todo, su sonrisa, tenacidad, voz y afán de superación son los mismos.
La privacidad de la congresista, que ha hecho pequeños avances durante todos estos meses, ha sido celosamente guardada. En un principio sólo se publicó una imagen de la mano de la demócrata con su marido, el astronauta Mark Kelly, en el hospital. Ahora la familia ha decidido publicar estas imágenes para proteger a la dirigente política. En pocos días va a empezar sesiones de terapia de rehabilitación en los jardines del hospital. Los rumores de que se había puesto un alto precio a la primera foto de la congresista han hecho que su familia decidiese sacar estas imágenes y así evitar el acoso de los paparazzi.
Esquizofrénico sin juicio
El próximo 21 de septiembre, se abrirá una nueva audiencia en la que se determinará si Jared Lee Lougner, presunto autor del tiroteo de Tucson, es psicológicamente apto para ser juzgado o si se tiene que prolongar su hospitalización. Lougner, que esta bajo custodia policial, fue internado en un centro federal de Springfield (Misuri) después de que el pasado 25 de mayo un juez considerara su salud mental demasiado inestable. Los resultados médicos de las pruebas a las que ha sido sometido, arrojaron que sufre esquizofrenia y paranoia, por lo que el joven sería una amenaza.
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