Pánico en los sondeos
Boris Johnson tenía razón: “Hasta la vista, baby”
El exprimer ministro británico se despidió con una irónica amenaza y ahora su propio partido estaría planteando pedirle que vuelva
En julio de 2022, Boris Johnson se despidió del Parlamento británico con una enigmática expresión en español: "Hasta la vista, baby". Un año y medio después, se puede pensar que la frase no fue una de sus características excentricidades. Sectores conservadores podrían estar pensando colocarle de nuevo como primer ministro para atajar la crisis que afronta el país y los malos resultados que arrojan las encuestas que sitúan al Partido Conservador cada vez más alejado de los Laboristas de Kei Starmer.
Johnson, líder del partido y primer ministro entre 2019 y 2022, aún no se ha pronunciado. Aunque apoya a su formación, se encuentra en estos momentos escribiendo sus memorias después de firmar un acuerdo millonario a principios de año con Harper Collins. Será una autobiografía, según anunció la editorial, "como ninguna otra" y en ella relatará su tumultuosa época en el número 10 de Downing Street.
¿Tesoro nacional o bufón sin principios?
Los malos pronósticos pesarían en este momento más que la pintoresca personalidad del ex primer ministro y los escándalos en los que se vio envuelto durante su mandato, como el famoso Partygate. En 2019 logró la victoria más abrumadora para los conservadores en más de tres décadas. Su carácter, su despeinado y sus excesos llevan a dibujar un retrato casi cómico de este político hijo de la élite inglesa y formado en las mejores instituciones del país. Atendiendo a las descripciones que se hacen de él, su perfil se mueve entre "el bufón sin principios" y "tesoro nacional".
Su tercera esposa, Carrie Symonds, 24 años más joven, consiguió pulir su desaliñado aspecto, aunque no logró ganarse el afecto como primera dama. Era la jefa de prensa del Partido Conservador cuando Johnson le disputaba el liderazgo tory a Theresa May. Él, casado con Marina Wheeler, madre de sus cuatro hijos mayores, flirteaba con mensajes subidos de tono y Carrie se dejaba querer. Del tonteo pasaron a encuentros furtivos en una suite de lujo de un hotel próximo a la casa familiar. Durante el gobierno, son muchos los dedos que la señalan como el artífice de su dimisión y su deriva como primer ministro. Si fue polémica su gestión de la pandemia, más aún la celebración de fiestas en las dependencias públicas, algunas en Downing Street, o la discutida reforma de su piso.
Fanfarroneó en su despedida de esa manera casi adorable con un "hasta la vista" que podría resultar premonitorio. Hay que recordar que después de la votación del Brexit también bromeó con presentar su candidatura a la presidencia de Estados Unidos -técnicamente hablando, aclaró-, pero los estadounidenses ya tienen a sus favoritos. Aunque nació en Nueva York, renunció a su pasaporte a los 51 años por una disputa fiscal, por lo que su irónica probabilidad de ocupar la Casa Blanca sería nula. En los próximos meses se verá si definitivamente responde a los deseos de su partido o decide seguir perfeccionando su estilo como escritor.