Somníferos Albares S. A.

Leo: «Albares tiñe de sanchismo el ministerio de Asuntos Exteriores mientras refuerza el control político. Anuncia una revisión de arriba abajo y aparta al embajador en Corea tras ver a Ayuso». Se añade: «La última víctima de la revisión ha sido Guillermo Kirkpatrick de la Vega, embajador en Corea del Sur, que se reunió con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, tras la visita de la popular a Seúl, algo que molestó a Albares». ¿Qué teme que contagie Ayuso a los embajadores? ¿Su extremado gusto por la fruta? ¿Su facultad para elegir novios inapropiados? ¿Su ardor en la batalla, tan ajeno a la cosa diplomática? La lista de los embajadores castigados es larga. Si a Ayuso la quieren matar políticamente, Albares, purgas a mares, se hincha a cargarse diplomáticos sin ninguna diplomacia. Para qué, si es amigo del Apolo de la Moncloa casi desde la infancia, lo que equivale a ministro trino, como Bolaños.

También se cargó a Alberto Antón, embajador de España en Bruselas. Leo: «La destitución se produce después de que Antón se durmiera durante la conferencia de embajadores en la que Albares expuso las líneas maestras de la política exterior para este 2025». Tiene cara de monseñor, de querubín woke del olimpo monclovita, eso a la vista está, pero desconocíamos por completo su virtud de somnífero fulminante. ¿Es por el tono de sermón admonitorio de su oratoria? ¿Cuál es el ingrediente secreto del poder soporífero de sus charlas? No se sabe, pero olvídese usted de la melatonina o de contar ovejas: si es insomne, recurra a un discurso de Albares y caerá en brazos de Morfeo en un santiamén. La medicina investiga el fenómeno para su posible utilización en casos de insomnio severo y dicen que el Apolo quiere nombrarle portavoz para mejor adormecer al país.