La rueda de prensa convocada por las autoridades tailandesas el pasado martes 15 de agosto llevó a muchos a entender que la investigación estaba cerrada y que ya nada podía cambiar el fatal destino de Daniel Sancho, acusado por la policía de asesinar con premeditación a Edwin Arrieta, el cirujano colombiano con el que mantenía una relación todavía indeterminada.

Sin embargo, los movimientos que se han producido en los últimos días invitan a pensar que podría producirse un nuevo giro en el caso, empezando por el interrogatorio de más de dos horas al que Sancho fue sometido este miércoles 16, después de haberse dado por cerrada la investigación. Al principio se barajó la posibilidad de que hubiera sido llamado a declarar por la aparición de nuevas pruebas o testimonios, pero Khun Panikorn, un fiscal tailandés, ha explicado en “Espejo Público” que fue el juez quien solicitó el encuentro porque “necesita más cosas, que Daniel cuente más cosas, de ahí la nueva declaración de dos horas de ayer”.

Al parecer, el magistrado está siendo muy meticuloso y está estudiando el caso a fondo, “página por página y prueba por prueba”, un interés que podría venir bien al acusado: “Que el juez pida tantas pruebas y ponga tanto interés es bueno para Daniel Sancho”.

Antes de tomar una decisión tan importante, que podría llevar a Sancho al corredor de la muerte, el magistrado quiere cerciorarse al 100 % de que es culpable de los cargos que se le imputan, y para eso le llamará a declarar tantas veces como sea necesario, según explica el fiscal tailandés: “Necesita interrogarle otra vez en profundidad, hay que estudiar todo, si esta última declaración coincide con su primera declaración o ver si hay contradicciones. Si tras este informe no hay nada raro, ni contradicciones, si no hay nada de cambio, pedirán la pena de muerte, pero el juez quiere saber si realmente fue el asesino y quiere comprobar en profundidad”.

Se abre aquí una baza importante para Sancho, puesto que su futuro judicial está en manos de sus nuevas declaraciones ante el magistrado y la sentencia podría llegar antes de final de año. Aunque muchos apostaban a que el juicio podría celebrarse entre septiembre u octubre, el fiscal avisa de que, teniendo en cuenta la minuciosidad que el juez está manteniendo a la hora de estudiar el caso, la fecha podría demorarse hasta diciembre de 2023.