Camilo Blanespreocupa, y mucho, a su entorno. Pero eso no es nuevo. Desde hace unos años, el hijo de Camilo Sesto protagoniza alarmantes titulares cada cierto tiempo, dejando a su madre desolada y sin saber cómo actuar para salvar a su vástago de un horizonte muy oscuro. Sus amistades no son todas las más recomendables, aunque también es cierto que tiene a su lado otros que si miran por su integridad. Quizá estos últimos le hayan dado las fuerzas necesarias para dar el paso importante que, al parecer, está dispuesto a emprender.

El año pasado pocos eran los que confiaban que lograse salir con vida del hospital. Una neumonía le puso en serios peligros, llegando a estar dos meses ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos. Después regresó a su hogar, la mansión que su padre le dejó en herencia y en la que tantos sustos ha vivido, entre robos y altercados varios. También muchas fiestas. Pero quizá este espacio le traiga recuerdos de tiempos pasados y también asociaciones indebidas, por lo que ha tomado la firme decisión de hacer las maletas y comenzar una nueva vida.

El hijo de Camilo Sesto ha tomado la decisión de mudarse a la playa para centrarse en su propia salud. Así lo ha desvelado una de sus buenas amigas, Cristina Rapado, que siempre le ha apoyado cuando se acercaba a sus propios infiernos: “Estoy muy contenta porque a finales de noviembre por fin él va a tomar el paso de entrar en ese resort que él dice y de disfrutar la vida, de cuidarse”, asegura a los micrófonos de ‘Europa Press’. Un cambio de vida que parece que ya se está materializando, poco a poco, como así continúa detallando su amiga, que le está dando ánimos a que vaya conquistando pequeños retos para recuperar la estabilidad perdida.

“Últimamente él ya ha salido de la mansión de Camilo Sesto, ha ido a la playa, ha comido en restaurantes”, continúa explicando Cristina Rapado, orgullosa de los avances de Camilo Blanes. Entre ellos está recuperar el contacto perdido con Lourdes, su madre, que no podía aguantar ver cómo su hijo se autodestruía: “Con su madre por lo menos va teniendo un poquito de relación. Lourdes y yo hemos vuelto a ser un poquito no amigas, pero aliadas por un bien común, que es la salud de Camilo Blanes. Lo importante es que él ya ha decidido que quiere ver la playa, la vida, que quiere disfrutar y para eso tiene que estar sano, ha dado ese paso, a últimos de noviembre que Dios lo quiera”, sentencia esperanzada.