El dúo de tecno-rumba madrileño, que monopoliza un verano más los bolos nacionales, sigue haciendo vida de barrio en Getafe mientras celebra sus 30 años convertido en fenómeno social. «Los alcaldes nos dicen que contratarnos es un éxito asegurado, porque abarcamos todas las edades y quedan todos contentos. Con otros, o se quejan los jóvenes o los mayores. Por eso, se corre la voz y nos llaman de todos los sitios». Como bien adelanta Dioni Martín (Madrid, 1970), la mitad de Camela junto a Ángeles Muñoz (Madrid, 1974) sus bolos han vuelto a contarse por decenas este 2024 y, otro verano más, acaparan el hilo musical patrio, al ritmo de «Cuando zarpa el amor» o «Sueño contigo». Tras haberse convertido en un fenómeno social, sin los premios ni los apoyos que impulsan otras carreras, este dúo prefiere no tener memoria y sí celebrar que sus «cameleros» y su pasión por la música les impulsen a seguir «quién sabe si 30 años más».

Más de nueve millones de discos vendidos. El segundo grupo español tras La oreja de Van Gogh. ¿Ya podrían vivir sin cantar o eso no sería vida?

Ángeles: No seríamos felices sin música.

Dioni: Es que la música es nuestra vida, son muchos años, hemos ganado dinero y hemos hecho inversiones. Viviríamos, sin lujos, pero echaríamos de menos a nuestra gente.

Arrancaron con una maqueta en el mercadillo y 30 años después son icono nacional. ¿Cómo han hecho el sueño alcanzable?

Á: Trabajando mucho y con mucho esfuerzo.

D: Y no perdiendo el amor a la música y el apoyo de la gente.

Lo de su colaboración con Rosalía, ¿aún sigue siendo cuestión de agenda (la de ella)?

Á: Hicimos un recopilatorio por el 25º aniversario, ella estaba encantada pero no pudo ser.

D: Mantenemos la esperanza de colaborar con Rosalía, que ahora mismo está en su trono.

El director José Antonio Bayona destapó cómo había sido rodar vuestros primeros videoclips. ¿Qué recuerdos guardan de esos maravillosos planos?

Á: Es una persona maravillosa. Con nuestro videoclip nunca ganaba dinero, todo lo invertía.

D: Muchas risas y mucha arte por parte de Jota. Lo mejor es que seguimos teniendo contacto, porque tanto él como su hermano y sus padres son gente sencilla.

Viven en la localidad madrileña de Getafe. Cuando no cantan, ¿hacen vida de barrio?

Á: Voy al Mercadona, al gimnasio, al médico…Después de una gira soy feliz con unas palomitas con una serie.

D: Yo soy abuelo desde hace dos años. Y tengo otra niña, Lucía, de tres meses. Ellos acaparan mi tiempo.

Desde Cádiz, a Burgos, pasando por Pontevedra o Ceuta. No hay provincia española en fiestas que no les tenga en sus carteles este verano. Trabajan con todos los Ayuntamientos, ¿España va bien?

Á: Siempre hay buen rollo, quiero mucho a España y estoy orgullosa de mi país. ¿Podría ir mejor? Quizá podría estar como hace 20 años.

D: Debe ir bien porque no solo nosotros hacemos noventa conciertos, sino que otros compañeros también trabajan mucho.

Pese a su incontestable éxito, el Grammy sigue en el debe de su carrera. ¿La esperanza es lo último que se pierde o más pierden ellos?

Á: Ni siquiera nos han nominado, porque es un premio que no es real. El mejor premio es el cariño del público, que es de verdad.

D: Si te digo la verdad, nos da igual. Eso sí, los compañeros artistas que lo han ganado tienen nuestro respeto y cariño.

Son familia además de dúo. ¿Cómo es Ángeles como tía y Dioni como cuñado?

Á: Es muy trabajador. También es muy cabezón, él te dirá lo mismo, pero siempre cedo más. Bastante bien lo llevamos, porque está casado con mi hermana y pasa más tiempo conmigo.

D: Tenemos nuestros altibajos, como familia que somos. La conocí con 9 o 10 años y la veo como una hermana. Cede más ella, pero siempre nos alineamos.

¿La proposición más surrealista que les han hecho y la que les gustaría que les hicieran?

A: Ir a «Supervivientes». Me encanta, pero mejor sin cámaras. Nos falta hacer una película.

D: También nos gustaría un musical…Ha sido desde hace seis años cuando hemos llenado el Wizink o hemos cantado en Sonorama.

No descansan más de tres días este verano. ¿Qué harán esos ratitos?

Á: Llegas a casa, lavas ropa, vas al médico, al dentista… La playa la veo desde la terraza del hotel. Estoy siempre más blanca que la leche.

D: Con los nietos, llegar a casa, y ya está. En octubre y noviembre, igual me bajo por Andalucía a ver amigos.