Aniversario
Los 40 achacosos años de Kiko Rivera, el “pequeño del alma”
El diagnóstico de osteonecrosis amarga la tarta de cumpleaños al hijo de Isabel Pantoja
Ocurrió el 4 de diciembre de 1985, en el Teatro Lope de Vega de Madrid. Isabel Pantoja cantaba por primera vez sobre un escenario tras la muerte de «Paquirri». Llevaba más de un año apartada de los focos y decidió volver a pisar el escenario con un recital al que llamó «Reaparición». Entre el público, la Reina Sofía asistía a la interpretación de la tonadillera, que cantaba junto a su hijo Kiko la canción «Mi pequeño del alma». Fue su primera aparición en público.
Hoy aquel niño rubio, con larga melena, acaba de cumplir 40 años convertido en padre de familia, DJ de profesión y personaje habitual de las revistas del cuore. Pero el artista llega a los 40 muy lejos de su mejor momento. Enfadado con su hermana Isa, peleado con su madre, con quien sigue en pleitos por la herencia de su padre, «Paquirri», y con su cuerpo avisando de que los excesos se pagan. En la última semana le acaban de detectar una osteonecrosis, una afección que produce la muerte de tejido óseo debido a un riego sanguíneo insuficiente y que hacía que Kiko sufriera en los últimos tiempos fuertes dolores de rodilla. Sin ir más lejos, la semana pasada se vio obligado a cancelar un concierto en La Coruña debido a esas dolencias.
No es su único achaque. A su corta edad su currículum de patologías e ingresos es larga. El DJ ha vivido otros problemas de salud, unos más graves que otros. El 20 de octubre de 2022 sufrió un ictus que le paralizó la parte izquierda de su cuerpo y tuvo que estar tres días ingresado en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. A sus 38 años, su vida llena de excesos reconocidos le comenzaba a pasar factura. «Hoy estamos de estreno pero yo estoy bien jodido», escribía Kiko en referencia al estreno de su último single, lanzado unas horas antes de su ingreso en el hospital.
Su historial y el hecho de sufrir un ictus a una edad tan temprana hizo temer por su vida. Hace ahora un año, en febrero de 2023, el hijo de la tonadillera tuvo que ser hospitalizado por un cólico nefrítico y meses después, en julio, fue sometido a un cateterismo de urgencia, para tratar la afección cardíaca que padece. A los problemas de corazón hay sumarle a su historial la diabetes que padece desde hace años, herencia de su madre y de su tío Bernardo. También sus continuos ataques de gota, provocados por excesos puntuales, que le han obligado más de una vez a tener que caminar con muletas.
Adelgazó 42 kilos en un año
Pero todas las visitas al galeno del DJ no han tenido que ver siempre con achaques de salud. Algunos han sido para resolver problemas de sobrepeso. Como en 2017, cuando se intervino para instalarle una banda gástrica en el estómago. Con ella, Kiko llegó a perder 42 kilos en solo un año. Sin embargo, no todo fue del color de rosa. Cuatro años después el DJ anunciaba que había decidido retirarla porque le he estado dando muchos problemas. En el caso de Kiko la banda se movió, originándole un dolor abdominal agudo, que aumentaba a la hora de la ingesta de alimentos.
Tras ser retirada, Rivera sufrió el temido «efecto rebote», recuperando buena parte del peso que había perdido. Si difícil ha sido su pelea con la báscula, mayor es la que el joven ha librado con las drogas. El DJ reconocía en «Planeta Calleja» que se había gastado ocho millones de euros en sus adicciones. Afirmaba que había llegado a dilapidar «100.000 euros en un fin de semana de fiesta». En referencia a su particular bajada a los infiernos, aseguraba que había «llegado a consumir cinco gramos al día». El cantante consiguió desintoxicarse y continúa actualmente bajo supervisión médica.
Como dijo en otra ocasión a sus seguidores desde sus redes, «toca cuidarse chicos, toca tomarse la vida de otra manera, toca echarle huevos y, sobre todo, toca vivir». Su nueva enfermedad parece que tiene buen pronóstico y confía en evitar la cirugía: «No hay que operar. Pronto estoy de vuelta. Este año la liamos».
Tanta ganancia y casi toda embargada
Su vida de desfase, antes de conocer a su mujer Irene Rosales (33), ha hecho que el artista haya dilapidado una fortuna con las drogas y la vida que ha llevado. Como efecto colateral, la juergas y el desfase también le generaron una deuda de 700.000 euros con Hacienda. «Todo lo que he ganado en mis entrevistas y en ‘‘GH Dúo’’ lo he utilizado para pagar mi deuda con Hacienda», confesaba a David Broncano en «La Resistencia». Gracias a aquel reality, su mujer y él se embolsaron casi 400.000 euros. «Siempre he sido un gastador y ahora me arrepiento de ello», reconocía abiertamente el DJ.
✕
Accede a tu cuenta para comentar