Aniversario
El “chiquito” más grande celebra en el más allá su 90 cumpleaños
El artista hubiese cumplido hoy años
Era un hombre bueno, un ser excepcional, un alma generosa y un artista con un gracejo inigualable. Chiquito de la Calzada habría cumplido este sábado noventa años, pero una angina de pecho se lo llevó de este mundo el 11 de noviembre de 2017.
A lo largo de su vida, y hasta los sesenta y dos años de edad, dedicó su carrera artística al flamenco, fue un cantaor que recorrió el mundo con sus bulerías… hasta que, en 1994, le descubrimos como humorista en el programa televisivo “Genio y figura”, en el que su peculiar estilo de contar chistes le catapultó a lo más alto de la fama.
Chiquito se hacía grande y sus frases perduraban en el tiempo con esos latiguillos tan graciosos como “al ataquer”, “pecador de la pradera”, “trabaja menos que el sastre de Tarzan”, “te das cuen”, “no puedor, no puedor”, “duodeno sexual” o “eres un filtro diodernarl”.
Pero la simpatía y el humor se partieron en mil pedazos cuando falleció el gran amor de su vida, su esposa, Josefa Garcia, en el 2012. Fue un matrimonio modélico durante seis décadas, un cariño a prueba de bombas, ni una sola crisis, ni una palabra más alta, todo grandes sentimientos.
El adiós de Josefa convirtió las múltiples sonrisas en interminables lágrimas. Ya nunca fue el mismo. Recuerdo la última vez que hablamos, un año antes de su muerte. Me confesó que se le habían agotado las alegrías, que no tenía ganas de nada y que estaba deseando reunirse en el más allá con su esposa. Su vida se redujo al mínimo. Se levantaba y daba largos paseos con su sobrina Loli, a la postre su heredera universal, por el paseo marítimo de Málaga, comía todos los días en el restaurante de un amigo y se relacionaba con muy poca gente. Le faltaban las ganas de vivir, se encerraba en su casa y no quería ver a nadie. Loli era su conexión con el mundo.
Me presento a Josefa unos años antes de que su esposa nos dejara. Conocí así a una mujer que se desvivía por su marido, le amaba con pasión y le aportaba la serenidad que a Chiquito, algunas veces, le faltaba por su carácter inquieto. Sencilla, cariñosa, humilde y sincera.
Hoy, hasta le han recordado en Google, que le ha dedicado su doodle, los dibujos que enmarcan la palabra Google en el buscador, con seis figuras del humorista en distintas posiciones.
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