Los encargos en preventa habían superado todas las expectativas y la editorial se veía forzada a imprimir más ejemplares. Tampoco la fecha de salida era la prevista. Pero casualmente, o no tanto en realidad, el retraso ha hecho que conociésemos, primero, la maternidad de Ana Obregón por gestación subrogada y, después, que la niña era su nieta, hija biológica de su fallecido hijo Aless.

Ahora, cuando aún no se ha calmado la polémica y siguen abiertos todos los debates morales que la actriz y bióloga (y madre) ha puesto sobre la mesa de la conversación pública, ve la luz el libro que empezó su hijo Aless y que ella encontró en su ordenador y ahora ha terminado. Una cláusula especial, e inaudita, obligaba a la editorial HarperCollins a no enviar ningún ejemplar a la prensa y el libro era imposible de conseguir hasta este mismo miércoles, cuando llegaba a las librerías.

No son pocos los periodistas que han comprado en preventa la versión digital en varias plataformas al mismo tiempo para asegurarse de tenerlo encargado en la que primero lo sacase a la venta y así poder leerlo cuanto antes. Amazon lo hacía un minuto después de las doce de la noche del 18. Los rumores se disparaban estos días previos y apuntaban a que en el último capítulo se abordaba todo el proceso de gestación subrogada de la pequeña Ana Sandra. Spoiler: no es así.

La actriz no entra en detalles pero sí aclara que existe un testamento y que era la última voluntad de su hijo ser padre aún después de muerto. Sorprendente al respecto resulta saber que Alessandro Lequio frustró un intento de suicidio de la actriz al recordarle esa última voluntad de su hijo y que tenía algo muy importante que hacer: cumplirla. Lequio, que ha guardado silencio al respecto hasta ahora, aparece en estas páginas finales del libro como alguien a favor de cumplir ese deseo, aunque del “detalle” de que evitó ese suicidio se enterará por esas páginas, como señala la autora.

A la pequeña, que en el momento de cerrar las páginas aún no había nacido, la describe como “milagro único” y “fruto del amor infinito de una madre y un hijo” (un poco inquietante esta última definición). Poco más desvela el libro que no supiésemos ya. El mayor interés, en ese sentido, radica en esas últimas páginas, que aclaran el retraso en la publicación, y en las palabras del propio Aless Lequio. Es ese texto, el que encontró su madre en una carpeta escondida en su ordenador, el que da título al libro: “El chico de las musarañas”.

Esa historia, en la que aparece la figura de una novia que Ana Obregón, por su parte, omite en todo momento, y dos textos más, además del último post escrito por el joven y que no llegó a publicar en sus redes, aparecen intercalados en el relato desgarrador de una madre que cuenta la enfermedad de su hijo y el fatal desenlace. Los beneficios de su venta irán destinados a la Fundación que la actriz creó con el fin de recaudar fondos para la investigación contra el cáncer y que lleva el nombre de su hijo. Prepárense para llorar a moco tendido.